La segunda parte de esta nota es una reflexión más personal sobre la sensación que se despertó el lunes posterior a las PASO. Escuchamos los discursos erráticos de Macri, el silencio de María Eugenia Vidal, las piruetas de algunos conocidos periodistas, la “respuesta de los mercados”, pero también a vecinos, amigos y compañeros; algo había cambiado.
No era sólo una victoria electoral, era algo más grande, más profundo.
El día después
Ese día cuando llegabas a tu lugar de trabajo, la conversación tenía otro tono; los amigos con los que habíamos discutido de política afinaban o modificaban con sutileza algunas opiniones; la familia para bien o para mal se mantuvo en silencio o estalló en algarabía según rama, sector e ideología. El diariero pasó en bicicleta e hizo la V. Más de un abrazo, pero no era solo afecto, era algo más.
Hasta que un amigo me dijo, pasó lo que tenía que pasar. Y entonces me di cuenta. Era sorpresa.
Qué es lo que cambió en la sociedad, no para que vote como vote, eso lo conversamos en la primera parte de la nota, si no qué cambió en la sociedad del 10 al 12 de agosto para que todos percibiéramos asombrados las cosas de otra manera.
Lo que sucedió, no sucedió
Eso distinto que se observaba en nuestra sociedad es que había una nueva percepción sobre la correlación de fuerzas. Esa elección lo que había demostrado es que una idea de país se había caído, se había desmoronado.
“Todo Estado es representativo, hasta el más autocrático, hasta el más unipersonal, pues no existe el Estado en sí. Todo Estado representa algo fuera de sí mismo, en la sociedad que lo mantiene.” Historia Crítica de los partidos políticos argentinos, Rodolfo Puiggrós.
Para la concepción del Estado sobre la que teoriza Rodolfo Puiggrós, el Estado es representativo de algo que está afuera de sí mismo; materializa el poder político, económico y social de los grupos existentes, en un determinado momento histórico. El Estado refleja la correlación de fuerzas existentes en la sociedad entre esos campos políticos enfrentados. Y de este modo, da lugar a distintos proyectos de país.
Desde el 11 de agosto estamos en una transición hacia la expresión de la nueva correlación de fuerzas que existe en nuestra sociedad. Cada una de las movilizaciones como respuesta a las acciones del gobierno de Cambiemos, cada uno de los debates que dimos como sociedad, las frustraciones y las alegrías de nuestro pueblo, la construcción que intentamos, los errores y los aciertos; todo eso irrumpió ese 11 de agosto.
Ese día comenzó también una larga transición caracterizada por la indefinición, porque si bien el voto popular puso en evidencia un cambio en la correlación de fuerzas, ese cambio aún no se materializó. Es una oportunidad para que esta nueva correlación de fuerzas emerja con más claridad pero también con más potencia.
El triunfo electoral de octubre dará una demostración clara de que se ha transformado la correlación de fuerzas en nuestra sociedad. Por lo tanto, ¿qué podemos aportar el próximo 27 de octubre?
Que la expresión de esta nueva correlación de fuerzas sea contundentemente favorable a los intereses populares.
Que Alberto Fernández junto a Cristina, a nivel nacional tenga una elección que sepulte cualquier intención de que vuelva un proyecto oligárquico a gobernar en la Argentina. Y es eso lo que va a suceder si se ratifica o profundiza el resultado a nivel nacional, a nivel provincial y por supuestoen cada uno de los municipios.
Ecos del 17
Sin establecer un paralelismo directo quiero señalar algunos rasgos de lo que se vivió el 17 de octubre que nos permiten entender este momento político.
Fue la emergencia de ese cambio en la correlación de fuerzas que existía en la Argentina, que había ido construyendo Perón lentamente desde cada uno de los lugares que le tocó ocupar, desde la Dirección de Trabajo y Previsión Social hasta ya como Vicepresidente y Ministro. Y ese 17 de octubre esa nueva correlación de fuerzas emergió y ya la Argentina no fue la misma.
“Me llegó desde el Oeste un rumor de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia (donde yo vivía); el rumor fue creciendo y agigantándose, hasta que reconocí primero la música de una canción popular y en seguida, su letra: Yo te daré/ te daré, patria hermosa/ te daré una cosa/ una cosa que empieza con P/ Perooooón. Y aquel Perón resonaba periódicamente como un cañonazo. Me vestía apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo hacia la Plaza de Mayo. Ví reconocí y amé a los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina invisible que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar a sus millones de caras concretas y que no bien la conocieron, les dieron la espalda. Desde aquellas horas, me hice peronista.” Leopoldo Marechal en Chávez, Fermín (comp), La jornada del 17 de Octubre por 45 autores.
Aquella sorpresa que siente Marechal es fundacional de lo que fue Argentina pero también de la que es hoy. Se le revela a un intelectual, estudioso de los comportamientos humanos y de la vida social, que aún así es sorprendido por ese nuevo emergente.
Es la sorpresa fundacional del peronismo. Desde aquella primera irrupción sorpresiva en la vida política Argentina, el peronismo no deja de sorprender.
Cada sorpresa es un homenaje a ese 17 de octubre, bajo otras formas, con otras intensidades, pero con la misma búsqueda de una Patria Justa, Libre y Soberana.
Nuestro objetivo es que, por otra vía y con otras características, este 27 de octubre esa nueva correlación de fuerzas que existe en nuestra sociedad emerja con mucha más potencia y claridad para cerrar una etapa durísima de la Argentina. Para no dejar de sorprender.
Con cada una de esas sorpresas tenemos la esperanza de que Perón vuelva. Con cada una de esas sorpresas: Perón vuelve, pero para ser mejores.
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