“Sacando el período de la dictadura militar, estamos viviendo la peor época. Nunca vi tanta gente durmiendo en la calle. Debajo de los refugios de los colectivos, familias con bebés, nunca vi eso. Tanta gente. Y uno se va enterando, la cantidad de comedores donde la gente come arroz y fideos”. Con estas palabras, Hugo Arana describió con crudeza la actual situación del país.
En declaraciones a radio Rivadavia, el reconocido actor también relató la difícil situación económica que atraviesa: “Vivo el día a día. Tuve casi diez años muy complicados con operaciones. Es muy difícil. Terminé hace tres semanas la obra Rotos de amor, con la que hicimos una gira. Íbamos a las provincias y era saltar de 300 entradas a 68”.
Y agregó: “No me estoy quejando, realizo la tarea que amo. Se que no es sencillo, no es para todo el mundo. La vocación es singular, amo mi profesión y desde ese lugar me siento rico”.
Sin embargo, reconoció: “Tengo dificultades. Estoy jubilado, cobro 11 mil y pico de pesos y tengo la obra social de actores. Me operaron del corazón y tomo siete medicamentos por día. Tengo un gasto en remedios de 7 mil pesos mensuales con descuentos y otro tanto en ABL. Me imagino un jubilado que no tiene trabajo, ¿Cómo hace? Se le va la jubilación en medicamentos. He ido cuidando el dinero, pero hace 3 años tuve que vender el auto y saqué la SUBE”.
Arana también se quejó por el perjuicio que sufrieron las compañías de teatro que trabajaron en la avenida Corrientes mientras se hicieron obras en las veredas. “Hay cosas inexplicables. Los millones de pesos que ha salido la avenida para ampliar la senda peatonal. Hace más de 50 años trabajo cerca de la avenida y nunca vi un atasco de peatones. ¿Por qué ampliar la senda peatonal? ¿Por qué con esa fortuna no le hacen asfalto a la gente que vive entre el barro o le ponen cloacas o hacen casas de ladrillo o material?”, se preguntó.
Y terminó poniendo en duda si el real interés era mejorar la imagen del centro de la ciudad, o hacer un negociado. “Las creencias son lo que nos mueven. Podemos creer de todo un poco. Puedo creer que es un negociado, puedo pensar cualquier cosa. Puedo pensar que quieren dar una imagen de Broadway… Pero como está el país… No le encuentro razones, salvo un negocio”.