Después de 11 horas de declaración ante el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, en la causa en la que se lo investiga por participar de maniobras de espionaje ilegal junto a Marcelo D’Alessio, el fiscal Carlos Stornelli insistió una y otra vez que lo citen como testigo suyo al arrepentido estrella del macrismo, Leonardo Fariña, quien en realidad hasta ahora declaró en la causa bajo un artículo del Código Procesal que implica estar imputado. De hecho fue acusado de participar en el armado de acusaciones contra Cristina Fernández de Kirchner y ex funcionarios, guionado por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Stornelli insistió que la “causa de Dolores” es un armado de D’Alessio junto con dos ex policías y el mismo empresario Pedro Etchebest, en conjunto con el kirchnerismo para destruir la causa de las fotocopias de los cuadernos.
Por ahora no trascendió la extensa declaración hasta que la misma se desgrabe por parte de la Justicia pero más allá que el fiscal acuse al kircherismo y pida por Fariña, el problema principal son los múltiples intercambios por Whatsapp con D’Alessio que lo compromete en ser parte de la red ilegal que comandaba D’Alessio junto a funcionarios del gobierno, de la Justicia, periodistas y agentes y ex agentes de la AFI.
En los chats se habla en concreto de las cámaras ocultas a los abogados José Manuel Ubeira y Javier Landaburu, hay un seguimiento a Jorge Castañón, ex marido de su actual esposa, y hay referencia a “plantarle” algo en equipaje. Todo indica que la idea era colocarle droga en una valija. También Stornelli y D’Alessio tienen numerosos chats sobre la presión al empresario uruguayo Gonzalo Brusa Dovat para que declare en su fiscalía contra el kirchnerismo y contra la petrolera venezolana Pdvsa. Está probado que el testimonio se le tomó a Brusa Dovat dentro de la fiscalía y en presencia de D’Alessio que ni siquiera es abogado. Y, por supuesto, Stornelli tiene que explicar su encuentro de más de tres horas con D’Alessio, en plenas vacaciones, en un balneario de Pinamar. Este último hecho fue la antesala de la denuncia que presentó Etchebest (que fue testigo de esa reunión), después de la cual D’Alessio le pidió 300.000 dólares para salvarse del caso cuadernos.
Por ahora, el juez Ramos Padilla tiene 10 días hábiles para decidir si procesa o no al fiscal que estuvo 9 meses en rebeldía, con protección del macrismo pero ante el cambio de gobierno, sabia que iba derecho al juicio político y su destitución por no presentarse.
Como se esperaba, Stornelli atacó a D’Alessio y negó su relación de amistad. Dijo que era toda una operación para perjudicarlo a él, pero el que está preso desde febrero es D’Alessio y no el fiscal. Insistió que D’Alessio junto a Etchebest se juntaron con el kirchnerismo para atacarlo a él y que se caiga la causa de los cuadernos, el mismo argumento que uso en los programas de TN cuando los visitó.
Luego de la indagatoria, el juez Ramos Padilla declaró: “Hicimos preguntas y contestó. Trajo pruebas nuevas. Dio sus explicaciones y yo me comprometí con él en que hasta que la audiencia no esté desgrabada, íbamos a tratar que lo que se expresó se mantenga en reserva”.