El presidente Alberto Fernández nombró como interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a la prestigiosa fiscal Graciela Caamaño, quien durante la gestión de Cristina Kirchner estuvo a cargo de la oficina de las escuchas (Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal) , algo que el macrismo se la sacó y la convirtió en una vergüenza.
Caamaño es presidenta de Justicia Legítima y muy crítica de los desmanejos de Comodoro Py. “Hay que democratizar la Justicia, hacer ingresos democráticos, evitar las presiones” y que “si queremos disminuir el poder de Comodoro Py habría que ampliarlo. En lugar de 12 jueces y 12 fiscales federales, si fueran, no se, 48, no todas le caerían a Bonadio. Más sería más democrático”, dijo en declaraciones radiales.
La fiscal pidió “volver al Estado de Derecho. Utilizar la prisión preventiva cuando puede haber peligro de fuga o entorpecimiento. La ‘doctrina Irurzun’ no existe. Lo llamamos así cuando estamos haciendo las cosas mal. Como nadie come vidrio, las cosas se van a empezar a ordenar. Ya se están acomodando. Fijate que Marijuan de oficio pidió investigar la denuncia de Vila, entonces las cosas van a ir mejorando”. Además, la fiscal aseguró que “los presos políticos que no tienen condena deberían ser liberados si no hay peligro de fuga. Sobre todo porque tampoco tienen condena”.
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