Los argentinos de a poco nos vamos enterando de los manejos espurios del gobierno de Mauricio Macri para perseguir, en conjunto con la Justicia, a los funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner. Por estas horas se supo, que el macrismo le puso un hotel boutique a Alejandro Paul Vandenbroele, arrepentido y testigo clave para condenar al vicepresidente Amado Boudou en el juicio Ciccone.
En una investigación de El Destape, se cuentan los detalles de la siniestra operación. Según el portal, el hotel boutique La Masía es el emprendimiento que el arrepentido Vandenbroele gestiona en Mendoza gracias a fondos que le proveyó el gobierno de Macri. “Ubicada en una exclusiva zona de Chacras de Coria y rodeada de viñedos y bodegas, La Masía Hotel Boutique ofrece lugares únicos, especialmente diseñados para que sus huéspedes vivan una experiencia diferente”, describe su página web.
El negocio fue pagado con dinero que le dio el gobierno de Macri consta en el legajo de Vandenbroele como testigo protegido. El programa de Protección de Testigos, que funcionaba bajo la órbita del ministro de Justicia Germán Garavano, fue utilizado para presionar, direccionar y, como se revela en este caso, premiar a arrepentidos que cumplieran su tarea: apuntar a ex funcionarios K. En este caso, al ex vicepresidente Amado Boudou.
Para manejar el caso Vandenbroele, el director del programa Francisco Lagos designó a Carlos Linsalata. Su rol fue clave. Se trata de un policía porteño que migró al Ministerio de Justicia y específicamente al programa de Protección de Testigos para encargarse del seguimiento de los arrepentidos que interesaban a Macri y su séquito de operadores judiciales. El 12 de diciembre de 2018 Linsalata fue reemplazado por Jorge Adamowicz. En el legajo de Vandenbroele también se consigna que en la negociación para que se arrepienta participó Gustavo Kollman, defensor oficial que fue parte de la operación Fotocopias de los Cuadernos Fénix.
El 24 de agosto de 2018 Linsalata envió una nota a sus superiores, que consta en la foja 515 del legajo al que accedió El Destape, donde pide $1.500.000 para un proyecto laboral para Vandenbroele. Da en el mail una información clave: “Cabe destacar que el día 07 de Agosto pasado fueron condenados a prisión con cumplimiento efectivo por más de 5 años el Ex Vicepresidente de la República Argentina el Sr. Amado Boudou”. Parece que era hora del pago por objetivo cumplido.
En el folio 644 del legajo de Vandenbroele consta que el 9 de junio de 2019 el titular del programa de Protección de Testigos, Lagos, le entregó $300.000 “como anticipo destinado a la instrumentación e implementación del proyecto de inversión (…) de un desarrollo turístico, identificado como una posada bajo el nombre ‘POSADA LA MASIA’”. El contrato de locación de La Masia, sin embargo, tiene fecha del 1 de enero de 2019, seis meses antes. Fue por 2 años, hasta el 31 de diciembre de 2020. Lo firmó el propio Vandenbroele y dejó un depósito de garantía de 1.500 dólares que no se detalla de donde salieron. Vandenbroele insite en varias notas al Gobierno que no tenía dinero para mantenerse, así que no deben haber salido de su bolsillo. En el legajo consta también un pago al dueño del inmueble por $60.000 con fecha del 28 de noviembre de 2018, o sea, antes incluso de la firma del contrato. Todo el legajo de Vandenbroele tiene este tipo de contradicciones temporales, indicador de que todo se hizo de manera irregular.
La idea de poner un hotel fue del propio Vandenbroele, que le propuso al gobierno de Macri que le aportara los fondos para poder armar ese negocio para mantenerse fuera de la asignación mensual que reciben los testigos protegidos. La inversión inicial que calculó y pidió Vandenbroele fue de $1.944.000. Incluía el contrato de alquiler por un año, la compra de muebles, reformas y refacciones y el desarrollo de la página web y el sistema de reservas de las habitaciones.
De los $300.000 que recibió de anticipo Vandenbroele gastó todo y más. En su primera rendición quedó con un rojo de $77.514. Debe haber recibido otra tanda de $300.000, que rindió a los pocos días, esta vez habiendo gastado solo $73.865.
En el legajo consta que el 20 de enero de 2019 Vandenbroele le pagó $280.000 a la decoradora de interiores Carolina Ramal en concepto de “Mobiliario, decoración y elementos artísticos”. El 17 de febrero de le pagó otros $240.000 por el diseño, asesoría, restauración mobiliario, imagen gráfica y dirección de obra. Todo antes de recibir formalmente los fondos públicos. O Vandenbroele tenia dinero o aparte de lo que figura en los papeles recibió aún más fondos por fuera incluso del sistema ya de por sí irregular.
Según la documentación de su legajo, en agosto de 2019 Vandenbroele recibió más fondos. Le dieron $40.000 el 7 de agosto y otros $300.000 el 16. En el acta de esta última entrega consta que ya le habían dado un total de $600.000. El 9 de octubre le entregaron $200.000 más.
Según la carpeta que presentó Vandenbroele y que consta en su legajo, apuntaba clientes de alto nivel adquisitivo, con un precio promedio de ·$3.300 la habitación y que el punto de equilibro del negocio sería una ocupación de 35 habitaciones al mes. Hoy, una habitación simple cuesta 67 dólares la noche, unos $4.200 al dólar oficial. “Esto sin contar con el ingreso para quien gestiona el negocio”, aclaraba, en referencia a él mismo. “El negocio de La Masía es llevado a cabo por Alejandro Vandenbroele a su nombre”, dice el proyecto.
La idea de armar este negocio surgió a finales de 2018. Vandenbroele se lo comentó por teléfono a Linsalata, su control del programa de Protección de Testigos, y luego le escribió un mail el 5 de diciembre de 2018 donde le dio más detalles. En el mail, que consta en el folio 586 de su legajo, Vandenbroele le explicaba que quería armar este emprendimiento con un matrimonio amigo (que finalmente no apareció) y que el dinero para la inversión lo aportaría su familia, aunque finalmente fue con fondos públicos. Vandenbroele se preocupaba porque esto no se tomara como un abandono de otro proyecto previo para el cuál sí le había pedido fondos al gobierno de Macri. Ese proyecto anterior era el de un “Aeroparking VIP”, un estacionamiento frente al aeropuerto de Mendoza a mitad de precio del que está dentro de la terminal. Vandenbroele pedía una inversión inicial de $6.870.000. En los documentos a los que accedió no figura si esto prosperó. El hotel boutique, por el contrario, sí.
Hay que recordar que por la declaración de Vanderbroele, Boudou terminó condenado a 5 años y 10 meses de prisión. Vandenbroele la sacó barata: 2 años de prisión en suspenso y obligación de hacer tareas comunitarias.
1 comentario
Tremenda mierda la justicia. BOUDOU TENDRÍA QUE ESTAR LIBRE YAAAA. MAKDIYO MAGNETO Y MACRI