El juez federal Claudio Bonadio falleció esta mañana a las 6.20 en su domicilio en el barrio porteño de Belgrano. Y murió sin haber visto concretado su sueño: meter presa a Cristina Kirchner. No sólo eso, murió siendo CFK la vicepresidenta de la república.
El magistrado, de 64 años, había sido intervenido quirúrgicamente de tumor cerebral en mayo del año pasado, y venía padeciendo un deterioro en su salud que se acrecentó en los últimos meses.
Bonadio se encontraba de licencia. Días atrás, había comunicado que extendería sus vacaciones al menos hasta marzo.
Los rumores sobre su salud empezaron a circular en los pasillos de Comodoro Py en mayo del año pasado, cuando se sometió a una intervención en la cabeza. Al retomar sus funciones, les dijo a sus colaboradores: “Los registros sobre mi muerte están exagerados”.
En los últimos cinco años, Bonadio se convirtió en uno de los magistrados más activos a la hora de encabezar una burda persecución contra la ex presidenta y sus ex funcionarios.a
En otras palabras, durante el gobierno de Mauricio Macri, demostró que decidió alejarse de su rol de juez para perseguir en forma brutal a Cristina Kirchner, tanto que en una misma jornada la citó a ocho indagatorias.
La actual vicepresidenta se manifestó en términos muy duros contra Bonadio, en una de sus tantas presentaciones en los tribunales: “Ni siquiera en tiempos de la Inquisición se atrevieron a tanto, soy juzgada por un juez enemigo”.
En su rol como juez federal, instruyó causas de determinante resonancia política como la de los Cuadernos de la Corrupción, la denuncia de Nisman por el Memorádum con Irán, Dólar Futuro, la primera parte del encubrimiento del ataque a la AMIA y la Tragedia de Once. Además, pidió desaforar y detener a Cristina Kirchner.
Allá por septiembre del 2001 con su pistola Glock, calibre 40, se encargó de hacer justicia por mano propia, ante dos jóvenes delincuentes de 19 y 20 años, acribillándolos con balas ilegales de punta hueca. Por aquel hecho, pasaron a llamarlo como “el juez-pistolero” o el “juez Glock”.
Bonadio acumuló decenas de pedidos de juicio políticos en el Concejo de la Magistratura por mal desempeño. Entre otras cuestiones se lo acusó de extorsionar con sus investigaciones, y se convirtió en el magistrado más denunciado en la historia judicial.
El dueño de la mortal “Glock”, durante el menemismo y casi los 12 años de kirchnerismo, se caracterizó por no incomodar las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner. Hasta que en el 2014, comenzó a investigarlos desaforadamente.