Por “su calidad de responsable de fijar los lineamientos estratégicos y objetivos generales de la política de inteligencia nacional”, Cristina Caamaño, interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), pidió a la Justicia que sea citado a indagatoria el ex presidente Mauricio Macri.
Fue a partir de la pormenorizada denuncia que presentó la funcionaria, a partir del hallazgo de un disco rígido con 80 mails de dirigentes políticos, sociales y periodistas durante la gestión macrista en la central de espías, donde queda demostrado que se llevaron a cabo operaciones de inteligencia ilegal.
Por esa situación, Caamaño pidió que sean citados a indagatoria, además de Macri, el ex titular de la AFI, Gustavo Arribas, y Silvia Majdalani, que fue la segunda en la conducción del espionaje local.
Asimismo, pidió que por este caso sean indagados dos agentes de la AFI -cuyas identidades no fueron reveladas- y de Darío Alberto Biorci, cuñado de Majdalani y ex Jefe de Gabinete de la AFI durante la gestión anterior.
La lista completa de las víctimas de las maniobras deja al descubierto, una vez más, que el macrismo no sólo se preocupaba por conocer los movimientos de sus opositores, sino también de quienes integraban sus propias filas.
Según lo descubierto por la actual intervención de la Agencia Federal de Inteligencia, referentes de la Unión Cívica Radical -partido que integra Juntos por el Cambio- y hasta los hombres y mujeres más leales del anterior gobierno fueron espiados sin orden judicial durante los cuatro años de la gestión macrista.
Mientras tanto, el juez Marcelo Martínez de Giorgi y el fiscal Jorge Di Lello quedaron a cargo de una investigación de alto impacto político.
Por su parte, la ex diputada Silvia Rojkés responsabilizó de manera directa a Macri y dijo: “Imaginate cuántos diigentes más habrán sido espiados, que aún no conocemos. Más allá de si me querian espiar a mí o a otros, lo grave es que se lo propiciaba, se lo promovía desde el propio Estado: se destinó un presupuesto para sostener todo este aparato de ilegalidad total” .
En tanto, Gabriela Cerrutti, diputada del Frente de Todos, afirmó que “no es casualidad” que haya habido maniobras de espionaje durante las gestiones macristas en la Ciudad y en la Nación. Macri, apuntó, “desde la Presidencia usó el espionaje para perseguir opositores y apretar a funcionarios propios y jueces.
Quien sí salió a defender la gestión de Arribas fue la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: calificó a la denuncia de “absolutamente ridícula”, pero, al mismo tiempo, demostró desconocer el texto que ya está en Comodoro Py al referirse a supuestas escuchas telefónicas.
La titular del PRO señaló: “Todos los sistemas de toma de teléfonos los controla la Justicia y es todo con orden judicial. Me parece absolutamente ridícula, me suena todo un poquito Superagente 86”, ironizó. Sin embargo, en ningún momento la denuncia menciona la existencia de audios o escuchas, sino que por ahora sólo fueron encontrados correos electrónicos.