La comisión bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia dispuso poner el pie en el acelerador y pasar a investigar una serie de gravísimas actividades ilícitas perpetradas por la AFI durante el gobierno de Mauricio Macri.
También se abrió un expediente respecto de la denuncia de la interventora del organismo, Cristina Caamaño, por espionaje ilegal de mails de oficialistas y opositores y, a pedido de los representantes de Juntos por el Cambio, otro sumario por la intervención de la Gendarmería, con un informe secreto, sobre mineros de Andacollo en la Patagonia.
Uno de los puntos principales del cónclave fue darle curso a un sumario para investigar una denuncia que hizo un ex funcionario de Juntos por el Cambio del ministerio de Defensa y pasado en la ex SIDE, quien apuntó contra la AFI macrista por hostigamiento y la colocación de un artefacto explosivo en la puerta del edificio donde tuvo su domicilio.
En tal sentido, se acordó abrir un sumario a raíz de la aparición de un arrepentido, perteneciente a un grupo narco, que declaró que actuó como sicario, contratado por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en 2018. El individuo admitió que junto con dos agentes de la central de espías colocó medio kilo de trotyl para amenazar a un entonces funcionario del ministerio de Defensa, José Luis Vila, que supuestamente competía con Gustavo Arribas por el sillón de jefe de la AFI.
Tal como lo revela hoy Raúl “Tuni” Kollmann en Página/12, la comisión le pedirá más datos al juez de la causa, citará a testigos e invitará al periodista Carlos Pagni, del diario La Nación, que habría mantenido un diálogo con Arribas sobre ese hecho gravísimo.
El caso Vila tiene dos arrepentidos. Por supuesto que no el ex funcionario, que es el denunciante y a quien le colocaron el explosivo, sino un ex agente de inteligencia y un narco. Este último habría admitido ante un juez que, en combinación con dos integrantes de la AFI, en 2018 pusieron una caja con medio kilo de trotyl frente al edificio de la avenida Callao donde tiempo antes vivió Vila. En la caja había un cartel que decía “José Luis Vila ladrón”, armado con trozos de diarios.
Todo indica que la operación fue una amenaza, ya que hubo una llamada al 911 para advertir que la caja estaba ahí, o sea que no hubo intención de que explotara. Además, Vila ya se había mudado de ese edificio y ese día de julio de 2018 estaba de viaje en Madrid, en una misión oficial como subsecretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa.
En diálogo con El Destape Radio, el presidente de la comisión, Leopoldo Moreau, hizo referencia a estos hechos, contó que el denunciante vinculó a un espía del organismo con un grupo narco y afirmó: “Lo que sucedió pone de manifiesto que hubo una mafia que se apropió de la AFI”. “Sus tareas no tienen registro en ningún gobierno democrático”, agregó.
La Comisión Bicameral resolvió crear una subcomisión de tres miembros, dos oficialistas y un opositor, que tratarán el caso. En principio le pedirán una ampliación al juez que tiene la causa, y citarán a varios testigos. También se invitará a Pagni que, según parece, mantuvo un diálogo con Arribas sobre el hecho y se cruzarán datos con otras causas: el ex agente de la AFI, que declaró ante el magistrado, figuraría también en un expediente armado contra Hugo y Pablo Moyano.
La impresión es que el caso más avanzado es el que tiene que ver con el explosivo en el edificio de Vila. Sin embargo, todo indica que esta Comisión Bicameral tendrá mucho trabajo porque se anuncia una oleada de denuncias judiciales y legislativas que tienen que ver con operaciones de inteligencia y armado de causas durante el gobierno anterior.