Acompañamos y apoyamos a nuestro intendente Fernando Espinoza, al gobernador Axel Kicillof y al presidente Alberto Fernández, en la toma de decisiones y acciones realizadas frente a la peor crisis de la época contemporánea a la que se enfrenta la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial.
Un enemigo invisible y mortal, la pandemia de coronavirus, viene asolando a Asia, Europa y América con inusual ferocidad.
Las consecuencias en todo el mundo son durísimas en costos de vidas y económicos.
Basta con repasar la cantidad de fallecidos y dimensionar la magnitud de su impacto en cada país estableciendo la relación de cantidad de muertos por cada millón de habitantes. Vemos así esta tabla elaborada por la Universidad John Hopkins – Banco Mundial:
Bélgica 853
Rusia 657
España 606
Italia 575
Suecia 523
Francia 444
Y si repasamos la situación en América, vemos la siguiente tabla:
Estados Unidos 402
Chile 334
Perú 327
Brasil 308
Ecuador 278
México 244
Canadá 232
La Argentina, por la decisión del gobierno nacional de priorizar la opinión de los expertos y poner el cuidado de la vida de las y los argentinos por arriba de toda otra variante, tiene hoy 33,7 fallecidos por cada millón de habitantes.
Son muertes que nos duelen todas y cada una, y para evitar peores consecuencias es que trabajamos con todas nuestras fuerzas y todos nuestros recursos con el principal objetivo que tenemos, que es proteger a nuestros vecinos.
En nuestro país, el impacto mayor fue y sigue siendo en la zona del AMBA (Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires).
En esa área, en su franja más interconectada y de continuo intercambio de personas entre la ciudad y los partidos bonaerenses más cercanos, viven alrededor de 12 millones de personas. En rigor, en el Gran Buenos Aires propiamente dicho viven 14 millones de habitantes, pero a los efectos de establecer el concepto de “contacto” lo delimitamos por cercanía a CABA.
El AMBA, entonces, esa franja en especial de 12 millones de habitantes señalada, es una continuidad socio – económica y ambiental
Cuestiones históricas de jurisdicción dividen a 3 millones de personas viviendo de un lado de la Avenida General Paz y del Riachuelo y 9 millones de personas viviendo del otro lado.
Lo que sucede en un lugar, repercute en todos los lugares y así lo han demostrado las consecuencias de esta pandemia.
Dentro del Gran Buenos Aires, nuestro partido, La Matanza, con 2.400.000 habitantes y su extensión territorial, casi dos veces la Ciudad de Buenos Aires, es equivalente a una provincia de las de mayor tamaño.
De hecho, es más grande que 19 de las provincias argentinas demográficamente hablando.
Nuestro límite jurisdiccional con CABA es un tercio del total de sus límites con la provincia.
Hemos trabajado en conjunto con el gobierno nacional y el provincial en sintonía absoluta y hemos compartido muchas decisiones con el Gobierno de la Ciudad.
Pero no hemos compartido todas esas decisiones. Una apertura de la cuarentena, de la que luego hubo que retroceder por las duras consecuencias, hizo que los contagios se propagaran a lo largo del cordón del Conurbano que linda con la ciudad.
De ese modo vemos cómo los partidos más afectados por el crecimiento de los contagios son los limítrofes con la avenida General Paz.
Si acudimos al método que se utiliza en todo el mundo para medir, como decíamos, la magnitud del impacto real y observamos la cantidad de infectados de coronavirus cada 100 mil habitantes veremos cómo los ocho primeros partidos bonaerenses de esa lista están separados del epicentro y lugar de origen de la enfermedad, la Ciudad de Buenos Aires, sólo por el ancho de una avenida.
La Matanza está hoy en el lugar 16 de esa lista que se ordena por contagios cada 100 mil habitantes. Es decir, hemos logrado estar por debajo de la media de infectados del Gran Buenos Aires, con una realidad que muestra que el 20% de los casos se han dado en nuestros denominados “barrios populares” y el 80% de los contagios sucedieron en otros barrios de nuestras ciudades en los que el “ida y vuelta” con la Ciudad de Buenos Aires es históricamente frecuente.
Por otra parte, las estadísticas actualizadas demuestran, por si hacían falta más pruebas, que la mayor circulación de personas y la no observancia de la cuarentena aumentan proporcionalmente las posibilidades de contagios.
En nuestro distrito, de 4551 casos al 30 de junio, sólo 499 corresponden a personas mayores de 60 años, que es la franja etaria que con mayor rigurosidad cumplió el aislamiento.
En tanto, entre los 30 y los 59 años son 2.598 los contagiados; entre 20 y 29 años, 976; de 10 a 19 años, 271 y entre 0 y 9 años, 207 casos.
Para tener esta situación lo mejor controlada dentro de las posibilidades que da este virus de mucho poder de contagio, hemos trabajado y trabajamos incesantemente.
Comenzamos antes de que se declarase la cuarentena en forma oficial, el 19 de marzo.
Enterados ya todos de lo que sucedía en el mundo y cómo quienes regresaban de viajes en el exterior traían el coronavirus a sus países, identificamos con Migraciones y fuimos a visitar a sus casas a las 10.125 personas que vivían en La Matanza y habían llegado en esa época de viajes a Europa, Asía y los Estados Unidos para que cumplan con el aislamiento requerido.
Desde entonces, la totalidad de las fuerzas vivas de La Matanza que integran este Consejo Operativo de Emergencia, con el apoyo del gobierno nacional y de la provincia, hemos reducido las posibilidades de contagio y aliviado la situación de las y los matanceros.
Entre algunos de los puntos que podemos mencionar están:
Testeos: en La Matanza se han realizado el 30% del total de testeos hechos en el Gran Buenos Aíres del Programa Nacional Detectar, que consiste en ir casa por casa buscando casos, un porcentaje por encima del 24% que es la relación entre su población y la población total del área.
Controles: se realizan operativos de desinfección en los lugares de circulación de las personas que hacen compras de primera necesidad, en las paradas de transporte público, en las paradas de trenes y en las entidades bancarias. También, en los accesos, tenemos arcos desinfectantes, control de toma de temperatura y desinfección de vehículos, tanto para los que ingresan a nuestro partido como a los que salen.
En los bancos y cajeros automáticos se cuida la distancia social con personal de Defensa Civil y voluntarios, y se coloca alcohol en gel a quienes ingresan en los cajeros, que a su vez son desinfectados cada vez que se utilizan.
Hemos verificado y seguimos verificando el cumplimiento de cada fase del aislamiento, vigilado el abastecimiento de insumos esenciales, el control de precios y asegurado las medidas de higiene en los lugares públicos. De ello dan cuenta los 2.390 vehículos secuestrados y las 14.400 notificaciones personales realizadas sobre aquellos que incumplieron no teniendo el permiso de circulación.
Apoyados en las últimas tecnologías, y junto con el Hospital de Clínicas dependiente de la Universidad de Buenos Aires, implementamos CovidControl, un moderno software de geolocalización, seguimiento y atención a distancia de pacientes contagiados, que cumplen el aislamiento en sus domicilios, los cuales tienen un médico a disposición las 24 horas.
Asistencia: el municipio asistía a 100 mil familias antes del comienzo de la pandemia. Hoy, esa asistencia alimentaria y sanitaria llega a 300 mil familias matanceras. Y a esto hay que sumarle las 50 mil raciones diarias de comida caliente que el Ejército elabora con materia prima entregada por el municipio.
Además, la Provincia hace llegar dos veces al mes 170 mil bolsones de comidas destinados a las familias de las niñas y niños que acudían a los comedores escolares. Entregamos un millón de libros y manuales, Historia, Matemática, Práctica de Lenguaje, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales e Inglés para todos los chicos de las escuelas primarias, secundarias y jardines de infantes, en forma universal, y de esta forma pueden continuar con su aprendizaje desde sus casas con más facilidad.
Infraestructura sanitaria: hoy, La Matanza cuenta con 352 camas de terapia Intensiva, a las que la semana próxima se le sumarán 42 más para un total de 394. Esas camas están ocupadas en un 62%, pero con las que se agregarán en pocos días el porcentaje de utilización bajará al 55%. De las 219 camas ocupadas, 65 están con pacientes de Covid-19.
Contamos también con 2056 camas de internación, de las cuales hoy hay 819 ocupadas, 175 de ellas por pacientes que cursan la infección de coronavirus.
Y disponemos de 4.000 camas extrahospitalarias, para ser ocupadas por personas afectadas por Covid-19 y contactos estrechos que no precisan de internación ni cuidados especiales. De ese total, hoy hay 70 con pacientes y las demás están disponibles.
Actividad económica: en La Matanza vienen funcionando desde el principio de la cuarentena 1500 industrias de las denominadas “esenciales” y 150 industrias de las identificadas como “exceptuadas”.
La realidad, que es inmodificable, nos muestra un presente durísimo y un futuro alentador, porque si estamos enfrentando esta terrible pandemia, unidos, con esta solidaridad, responsabilidad, fuerza y convicción, estamos convencidos de que entre todos construiremos la Argentina de la post pandemia, la Argentina de pie que todas y todos soñamos.