Por Alfredo Silletta. El viaje del ex presidente Mauricio Macri al Paraguay, más allá de sus negocios familiares, fue un mazazo directo a los opositores internos que le cuestionaban su liderazgo opositor. “Quiero que sepan que volví, no me jodan que rompo todo y si alguien se quiere ir que se vaya”. Fue un mensaje directo a quienes quieren dejarlo afuera de las decisiones, entre ellos Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Emilio Monzó y hasta su primo Jorge.
La gota que rebalsó el vaso fueron las críticas que recibió el comunicado de Patricia Bullrich sobre el asesinado de Fabián Gutiérrez y la “intervención” del partido para emitir comunicados. El ex presidente mando en pocas horas varios mensajes directos e indirectos. Dio un reportaje al hijo de Vargas Llosa donde habló de los peligros de la democracia con el gobierno de Alberto Fernández, se apropió de la marcha del 9 de julio, viajo al Paraguay demostrando que se “caga” en la cuarentena y dejo mensajes directos como el WhatsApp al intendente de Vicente López, cuando vio la foto de su primo con el presidente en Olivos: “¿era necesaria esa foto?”.
Macri ya avisó que si lo joden rompe todo y arma su propia estructura junto a ala dura de Cambiemos. Eso implicaría un desastroso final para las aspiraciones de jefe de gobierno porteño que aspira a ser el candidato presidencial de la oposición en el 2023.
La ex gobernadora Vidal tampoco la tiene muy facil. El ex presidente aviso que “quizás” encabece la lista bonaerense -nació en Tandil- lo que implicaría un golpe devastador para Vidal que aspiraba a tener un mano a mano con Kicillof el año próximo y la esperanza de ser nuevamente candidata a gobernador en el 2023.
El vidalismo sabe que tenerlo de enemigo a Macri no es sencillo. Recuerda cuando durante un par de meses coqueteo con ser la candidata a presidenta en el 2019 o desdoblar las elecciones en provincia de Buenos Aires y los golpes del macrismo fueron mortales. Nadie se olvida de la operación de inteligencia ilegal que le costo la carrera política al presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca, su armador político, cuando aparecieron denuncias de abuso sexual, orquestadas por Laura Alonso y otros dirigentes PRO.
Quienes aspiraban a suceder a Macri deberían recordar sus propias palabras: “Si me vuelvo loco, puede hacer mucho daño…” Y por estas horas, quienes hablan por teléfono, reconocen que está irascible.