Desde “Clarín”, Alejandro Borensztein le pide al presidente uruguayo: “¡Vengan a rescatarnos para zafar de las bestias peludas que nos gobiernan!”

El columnista supuestamente humorístico de Clarín, Alejandro Borensztein, se deshizo en elogios hacia el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y llegó al extremo de pedir: “¡Llévennos con ustedes, carajo! ¡Vengan a buscarnos, macho! ¿Querías 200.000 argentinos, Lacalle? Tengo, por lo menos, 20 millones de argentos para ofrecerte, ya mismo, dispuestos a hisoparse hasta el upite con tal de zafar de las bestias peludas que nos gobiernan desde hace años”.

El “humorista” ultramacrista y ex marido de Viviana Canosa, planteó: “Vengan a rescatarnos a todos de una buena vez, si son tan amables. En todo caso, si quieren, después les entregamos los puntos en las Eliminatorias. Y si hace falta, también les reconocemos que Gardel era uruguayo, total a esta altura da lo mismo. ¿Está bien así? Gracias. Apurate bo”.

Y tal como es su costumbre semana tras semana, el hijo del recordado Tato Bores aprovecha para vomitar su odio contra el gobierno de Alberto Fernández, tomándose de la frase en la que dijo no creer en los planes económicos.

En su habitual columna para el diario de Héctor Magnetto, y escudándose en el “humor”, escribió: “Esa frase la podés decir si sos un capo que la rompiste toda después de hacer crecer a toda máquina el PBI, las exportaciones, las inversiones y las reservas del Central mientras derrumbás el desempleo, la pobreza y la inflación; y si además lo hiciste ninguneado a los keynesianos, dejando en ridículo a los liberales y pegándole un portazo a los estatistas. Con todo ese éxito encima, recién ahí podés aparecer en la tapa de la Rolling Stones con un habano en la mano, apoyado en una Harley Davidson y el titular del año “Alberto Fernández: no creo en los planes económicos”.

Agregó que “por supuesto, nadie duda de que al final lo va a lograr. Pero todavía no pasó. Es más, por ahora no embocó una”, y que “lo más loco de este asunto es que se supone que Tío Alberto es futbolero. Y sin embargo, desde que llegó al gobierno no para de violar una ley de oro: nunca se grita un gol antes de que la pelota entre. Me extraña, araña”.