Ocho de cada diez argentinos sostienen que la cuarentena cumplió su objetivo, fue un éxito porque evitó muertes, sirvió para preparar el sistema de salud y evitó un nivel descontrolado de contagios. Es decir que los ruidosos grupitos que cada tanto marchan por el Obelisco con su discurso anticuarentena, representan una pequeña minoría de los ciudadanos que no tienen ningún predicamento en la sociedad.
En ese marco, la gestión de Alberto Fernández al frente de la pelea contra el coronavirus tiene la aprobación de siete de cada diez personas, muy por encima de lo que consiguió en las elecciones. Además, un dato que surge en las últimas semanas es que existe más temor al contagio que antes, producto de que los casos son ahora más cercanos: casi todos los ciudadanos conocen ya a alguien que dio positivo. Y un dato no menor: los mensajes de los infectólogos y los del presidente son evaluados como los más creíbles, en comparación con comentaristas de radio y televisión, en los que se confía muchísimo menos.
Los datos surgen de una encuesta, especial para Página/12, realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1.646 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo, lugar de residencia y nivel económicosocial.
“Si existe un verdadero protagonista entre los resultados obtenidos en esta encuesta -señala Bacman-, sin lugar a dudas es el concluyente éxito de la cuarentena. Así lo entiende la mayor parte de los entrevistados (algo más de 8 de cada 10) y tira por la borda, y de manera más que contundente, cualquier especulación al respecto. Desde el 20 de marzo, día en que el presidente decretó por primera vez el aislamiento, esa medida fue ampliada en nueve ocasiones. Mucho tiempo, más de cuatro meses; pero sin embargo los argentinos siguen firmes en el convencimiento de que es el único modo de combatirla, hasta que aparezca un medicamento o vacuna”.
Hasta el momento, queda demostrado que el discurso anticuarentena que levanta el sector duro de Juntos por el Cambio y comunicadores de los medios hegemónicos, no consiguió adeptos en la Argentina. Bacman lo explica así: “Cuando se le pregunta a los ciudadanos en qué vieron la efectividad de la cuarentena, las respuestas dejan al descubierto tres cuestiones que, en partes prácticamente iguales, representan a tres conceptos: ante todo, evitar un mayor número de muertes. Luego, el hecho de mejorar la infraestructura del sistema de salud en las regiones más críticas de nuestro país, y de este modo impedir su colapso, y finalmente lograr que no se produzca un descontrolado aumento en la cantidad de contagiados. Ahí están las bases del éxito”.
En tanto, los datos de la encuesta del Ceop indican que en la sociedad va creciendo el temor al contagio: en los últimos dos meses subió del 46 % que dijo tener mucho o bastante temor al contagio, a esta medición en que el porcentaje superó el 62 %. En la misma medida bajaron los que tienen poco o no nada de temor. El miedo al contagio de coronavirus es muy alto; con una tendencia al crecimiento muy marcada en relación a encuestas anteriores.
Pese a los ruidos de los grupitos anticuarentena, la aprobación de la gestión de Fernández sigue estando en niveles altísimos. “Desde el punto de vista estructural -explica el titular del Ceop-, la gente reconoce la decisión y actitud del presidente de establecer la cuarentena y todas las medidas iniciales, aun frente a la campaña en contra. Eso decanta en una alta aceptación de su gestión al frente de la lucha contra la pandemia, donde redondea un 70 % de aprobación”.
De esta manera, el 70 % de aprobación de Alberto indica que consigue la opinión positiva de muchos votantes de Juntos por el Cambio, teniendo en cuenta que en las elecciones la fórmula Fernández-Fernández obtuvo el 48 % y ahora suma 22 puntos más. Eso significa que retiene a los adherentes del Frente de Todos y suma una parte importante de quienes votaron a Mauricio Macri.
El Ceop también preguntó sobre los niveles de credibilidad de la información sobre la covid-19. Ahí queda demostrado que existe un gigantesco aumento de la valoración de la ciencia, tan golpeada por la gestión del macrismo. Incluso hubo una ofensiva centrada en insólitas afirmaciones como “es el gobierno de los infectólogos” o los asombrosos cuestionamientos al doctor Pedro Cahn. Nada de eso caló en la sociedad sino que ocurrió todo lo contrario: la información más valorada es la de los médicos-especialistas.
En segundo lugar, relativamente cerca de los científicos, aparecen los mensajes del presidente. “Se supo rodear de profesionales idóneos a los que escuchó y aceptó sus consejos. Eso le dio credibilidad a sus comunicaciones, ya sea en las conferencias de prensa o en las apariciones en los medios”, redondea Bacman.
Muy lejos quedaron, en materia de credibilidad, las redes sociales, los medios escritos y, en último lugar, los comentaristas de radio y televisión.