De manera contundente, Alberto Fernández le envió esta mañana un mensaje a su antecesor, Mauricio Macri, quien en un encuentro virtual de Juntos por el Cambio había criticado la cuarentena dispuesta por el Gobierno ante el avance del coronavirus: “Los riesgos no han pasado. No está en discusión la libertad de la gente. Todo el mundo es libre. La primera condición para ser libres es estar vivos”, dijo.
Al respecto, aseguró que el riesgo continúa vigente en la Argentina y que conserva “el botón rojo” para volver a fase 1 en caso de que sea necesario. “El botón rojo está a mano porque la preservación de la salud es lo más importante, pero también entiendo a la gente que tiene cierto grado de hastío luego de estar encerrada tanto tiempo”, analizó.
En diálogo con radio Futurock, también planteó que la población “se relajó equivocadamente”, y por eso muchas áreas del país se encuentran en “el peor momento”.
Ayer Macri, -actualmente de viaje en Francia, más precisamente en la paradisíaca Costa Azul- aseguró ayer ante sus compañeros de partido que la cuarentena sin salida “no va más”. Y semanas atrás, en una entrevista concedida a Álvaro Vargas Llosa, había cuestionado el avance de los gobiernos sobre las libertades individuales.
Durante la entrevista, concedida a los periodistas Juan Amorín y Rocío Criado mientras hacía ejercicios en la Quinta de Olivos, Alberto se refirió también a la desaparición de Facundo Astudillo Castro, cuyo paradero se desconoce desde el 30 de abril último: “Quiero que lo encontremos, necesitamos saber qué pasó y si alguien fue responsable de un acto ilícito, debe cargar las consecuencias”.
Agregó: “Estoy en contacto con la madre de Facundo; estoy en contacto con (la ministra de Seguridad) Sabina Frederic, porque la investigación está en manos de la Policía Federal; estoy atento sobre el funcionamiento de la Justicia, porque la mamá de Facundo me advirtió sobre algunas cosas que le preocupaban… en un Estado de derecho la violencia institucional es inadmisible y ahí no hay ningún espacio para la tolerancia”.
Sobre el reciente acuerdo con los bonistas sobre la deuda externa, Fernández sostuvo que tiene “una mirada parecida” a la de su ministro de Economía, Martín Guzmán. “Estamos en un momento en el que todo está en discusión, los dogmas del Fondo se cayeron a pedazos. El Fondo nos acompañó a nosotros marcando la insostenibilidad de la deuda”, remarcó.
El presidente contó que habló por primera vez con Kristalina Georgieva, directora del FMI, después de las PASO. “Yo le había advertido que era toda una locura lo que habían hecho y que era una locura prestarle más dinero a Macri porque ese dinero se iba a fugar”, recordó.
Fernández aseguró que, al igual que sucedió durante las negociaciones de la deuda durante el gobierno de Néstor Kirchner, “no estoy en condiciones de aceptar ninguna condicionalidad” por parte del Fondo. “Creo que ella (Georgieva) lo entendió”, agregó.
Finalmente, abordó la polémica en torno a la reforma judicial. Ironizó sobre las críticas que indican que el proyecto busca la impunidad de su vicepresidenta, Cristina Kirchner, imputada en varias causas, y defendió la designación de Alberto Beraldi en el consejo consultivo: “Beraldi es un abogado más; es el abogado de Cristina, pero también es el abogado del ministro de Educación de Macri, que está acusado por las escuchas”.