Ya se sabe: todo lo que haga y diga el Gobierno, a pesar de que van 10 meses de gestión, generará el automático rechazo de una oposición salvaje representada por el macrismo y los medios hegemónicos. Por estas horas, el tema que desencadenó la furia y que sin lugar a dudas servirá como bandera para la marcha que los odiadores harán esta tarde, es el lanzamiento de Nodio, un observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales, creado con el objetivo de “proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias”.
Y maliciosamente se tergiversa la información, transmitiendo la idea de que se creó un organismo que se encargará de controlar lo que se publica en las redes sociales.
La Defensora del Público, Miriam Lewin, afirmó que el observatorio surge como respuesta a los reclamos de las audiencias por la proliferación de “mensajes cargados de violencia y desinformación en redes sociales y en medios”.
Y sostuvo: “En un tiempo de aislamiento, en el que medios y redes son nuestra ventana al mundo, la difusión de mensajes favorables a la dictadura cívico militar, misóginos, sexistas, racistas, xenófobos, homofóbicos intoxican el debate democrático y refuerzan opiniones que promueven la polarización, cancelan la diversidad y pueden conducir, incluso, a la violencia física”.
Justamente, el observatorio trabajará “en la detección y verificación de la información, en la identificación y desarticulación de estrategias argumentativas, la identificación de las operaciones de difusión y los sistemas de alertas”, entre otras acciones con el objetivo de proteger a la ciudadanía comunicacional de este tipo de informaciones.
Lewin sostuvo que “insultar a quien piensa distinto, cancelar a quien es diferente, descalificar, agredir y no argumentar, bloquea el diálogo y vulnera derechos. Construir con falsedades noticias que apelan a la emocionalidad y fortalecen prejuicios que fomentan la intolerancia es poner en riesgo la convivencia democrática”.
Agregó que “el discurso del odio, la desinformación y las noticias maliciosas promueven la polarización social y la violencia colectiva, avasallan el derecho a estar informado, degradan el debate público y amenazan la democracia”.
A pesar de que constantemente se puede observar cómo las usinas del odio atacan y exteriorizan su desprecio, por lo que un ámbito como el que acaba de crearse se hacía más que necesario, como era de imaginarse los primeros en saltar fueron los referentes de Juntos por el Cambio, espacio desde el que, no casualmente, se especializan en alimentar la difusión de noticias falsas a través de sus ejércitos de trolls.
Desde ese espacio calificaron al flamante observatorio como “el primer paso hacia el Ministerio de la Verdad”, y de “cepo para controlar a la prensa”.
Para no ser menos, La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), siempre alineada con los intereses de los empresarios de los medios, expresó su preocupación por la creación de Nodio, a pesar de que su finalidad apunta a fomentar la libertad de expresión y la diversidad de voces, para que todas las personas puedan expresarse en el debate público sin ser expulsadas y tengan acceso a información veraz.
Por ejemplo, Silvana Giudici, presidenta de la Fundación LED y expresidenta del ENaCom en la gestión de Mauricio Macri, manifestó: “Llegó NODIO. El primer paso hacia el Ministerio de la Verdad. Un organismo del Estado definiendo qué opinión es verdadera o falsa, o inicia una campaña de desinformación, pone en riesgo el principio constitucional de la libertad de expresión”.
Otro que se sumó a las críticas fue el diputado y presidente del bloque PRO, Cristian Ritondo: “Este gobierno tiene un cepo para todo, también para controlar a la prensa. El poder de turno no debe decidir qué información llega a los ciudadanos. El Estado Nacional tiene que garantizar la libertad de expresión, no restringirla”.
En tanto, el periodista Miguel Wiñazki disparó: “El invento de Nodio, ese instituto de vigilancia y censura de la información y de la opinión, convierte al gobierno en régimen. El Estado, el mayor agente desinformador, interviene el espacio informacional en un intento de expropiación y examen policíaco de la libertad”.
Mientras, Marcelo Longobardi dijo que el observatorio de medios oficial es “una Gestapo informativa”, y Baby Etchecopar, en tono apocalíptico sostuvo: “Hoy pretenden llevarse las joyas de la corona, la libertad de expresión. La libertad y meternos de lleno en una Venezuela o Cuba pero peor, porque nos quieren enterrar respirando por el apuro de dejar a los delincuentes sin proceso y el país sometido a un régimen del que no saldremos más”.
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