Para hacer frente a la situación generada en las últimas dos semanas por el mercado cambiario, que apuesta a una megadevaluación del peso, con el fin de seguir erosionando al Gobierno, el ministerio de Economía acelera los pasos destinados a conformar un programa monetario integral que esté acompañado por un plan fiscal sólido, con el fin de permitir recuperar la certidumbre, la confianza y actuar como “anclaje” de la inflación de cara a 2021.
Al respecto, fuentes del gabinete económico resaltaron como punto esencial que esta estrategia ya se viene conversando con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y sería el esquema central para ir bajando la inflación en forma gradual.
El programa monetario se basaría en fijar “metas cuantitativas” de emisión, tomando como base el circulante más los depósitos, para establecer un índice equilibrado y evitar de esa manera que se dispare el desborde monetario sobre el costo de vida.
“Esto va a ir acompañado de una política fiscal más estricta en cuanto al cumplimiento de los objetivos”, recalcó una fuente del equipo económico, donde también se apuesta al éxito de las últimas medidas anunciadas para promover el ahorro en pesos con exenciones tributarias a través del proyecto de ley enviado al Congreso.
Por su parte, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, aseguró hoy que “la devaluación no es una solución” para los problemas macroeconómicos de la Argentina, y remarcó que “los bancos están sólidos”, por lo que negó que el país esté “a las puertas de una corrida financiera”.
“La devaluación no es la solución. Tenemos un objetivo de tipo de cambio real que no se aprecie. Lo que no quiere decir que estemos buscando saltos bruscos. Creemos que los saltos bruscos en el tipo de cambio no le producen ningún bien a la economía”, afirmó la funcionaria en declaraciones radiales.
“Los efectos positivos de una devaluación aparecen cuando la devaluación no se traslada a precios. Pero sucede que ese salto de devaluación a precios sucede cada vez más rápidamente en la Argentina”, subrayó.
Por el contrario, indicó que “los efectos negativos son un aumento brutal de la inflación, que se traslada a precios y repercute en el salario real”. “El salario real cae, cae también la demanda y, por ende, cae el producto”, sintetizó.
También argumentó que, si bien no niega “efecto que la brecha del dólar oficial y el paralelo tiene sobre la economía”, para estabilizar la economía “no hay atajos” y “una devaluación no ayuda”.