La empresa YPF llegó a un acuerdo para cancelar un pésimo negocio de la gestión Macri que le costaba millones de dólares durante una década con la empresa belga Exmar. Luego de arduas negociaciones, la empresa estatal pagará un total de 150.000 millones de dólares en 18 cuotas, para frenar la perdida de unos 800 millones por la próxima década.
La gestión macrista había firmado en noviembre de 2018 dos contratos con el grupo belga Exmar para la instalación en Bahia Blanca de una barcaza licuefactora de su propiedad (a la que llamaron Tango FLNG), que recibiría gas natural de YPF para licuarlo y exportarlo al mercado global.
El argumento de aquel entonces era la necesidad de obtener una salida a la producción de gas natural durante el período estival e ir adquiriendo experiencia en el mercado global de GNL.
Los acuerdos se celebraron con una duración de 10 años sin cláusula de salida por un monto de hasta 1.100 millones de USD. A ese valor hay que agregar otros costos para YPF con terceras partes y una inversión inicial de YPF de 20 MMUSD. La unidad está preparada para procesar 2,5 MMm3/día de gas natural y almacenar 16.100 m3 de GNL Tanto la capacidad de licuefacción (2,5 MMm3/día cuando Argentina produce unos 110 MMm3/día) como la de almacenamiento (un barco metanero tarda con esta barcaza unos 40 días en ser cargado con el consiguiente costo de espera) resultaron muy bajas para tener escala y ser competitiva en un mercado global con un contrato inflexible a 10 años. Especialmente, cuando el precio de break-even del GNL que necesitaba el proyecto para ser rentable era superior a 10 USD/MMBTU. Los pagos mensuales de YPF a EXMAR por el contrato estaban previstos entre 5 y 8 millones de USD por mes durante 10 años. Cabe agregar que YPF no mitigó los costos del proyecto con una contractualización de largo plazo.
La barcaza arribó al país en febrero de 2019 y el inicio efectivo de la producción sucedió durante el mes de septiembre, momento desde el cual se produjeron cinco cargamentos de GNL, cuatro de ellos con destino el mercado internacional, y uno entregado a IEASA en Escobar.
En todos los casos, los precios alcanzados fueron sustancialmente menores a los esperados y a los necesarios para cubrir los costos del proyecto, resultando en un promedio de 3,2 USD/MMBTU. Según oportunamente declaró YPF, las exportaciones de los primeros años serían por un monto de unos 200 MMUSD anuales, monto que luego se incrementaría al avanzar el contrato. Sin embargo la exportación en el primer año de funcionamiento de la barcaza fue de 40 MMUSD.
Como consecuencia de ello, el resultado del primer año de operación de la barcaza arrojó un valor aproximado de pérdida de 145 MMUSD (entre septiembre de 2019 y septiembre de 2020), estimándose un valor de pérdida a valor nominal de aproximadamente 800 MMUSD si el proyecto continuara en operación hasta el año 2029 considerando las actuales proyecciones de precios de GNL.
A partir de la pandemia COVID-19, en junio de 2020 YPF declaró fuerza mayor como consecuencia de los efectos de la pandemia. En virtud de dicha situación legal, también suspendieron los pagos de facturas pendientes bajo los contratos. Exmar rechazó la declaración e inició un proceso de arbitraje en Londres.
Paralelamente y luego de meses de negociación entre YPF y Exmar, se llegó a un acuerdo para terminar los contratos y finalizar el arbitraje mediante el pago de una suma total de 150 MMUSD que incluye el monto correspondiente a las facturas pendientes de pago. El monto total será pagadero en forma financiada con un pago de 22MMUSD a la firma y luego 18 cuotas mensuales.
“El contrato con Exmar pasará a la historia como uno de los peores contratos que firmó YPF. Era lógico armar un proyecto piloto para estudiar cómo funciona el mercado de LNG, pero no a este costo. El cálculo de mitigación de riesgo fue muy deficiente y sumando el dinero que ya perdió con lo que se acordó pagar, la pérdida para YPF ascenderá US$ 259 millones”, explicó una fuente que siguió de cerca las negociaciones.