Por Eduardo D’Argenio.- Alberto Fernández se vio obligado a suspender su visita al partido bonaerense de Pergamino, donde iba a participar de un acto de inauguración del nuevo tramo de la Ruta Nacional 8. Fue por razones de seguridad, teniendo en cuenta el espíritu belicista de los representantes del “campo” que habían montado un escenario de protesta para repudiar la presencia del mandatario por el cierre de las exportaciones de carne vacuna.
Lejos de tratarse de una manifestación espontánea, desde hacía varios días los ruralistas de una de las zonas más ricas del país, venían organizando una caravana para reclamar al presidente por distintos temas: “Sumate a la caravana, llevale tus reclamos al Presidente Fernández”, afirma el flyer que se encargaron de hacer circular circulaba entre distintos grupos de productores.
“Defendiendo nuestro derecho a la salud, al trabajo, a la educación y a la propiedad privada”, agrega.
Uno de los impulsores de la protesta es un viejo conocido de cualquier manifestación agraria: se trata del diputado provincial Luciano “Lucho” Bugallo, quien desde su cuenta de Twitter recurrió a una fake news que daba cuenta de la huída en helicóptero de Fernández, cuando el jefe de Estado permaneció en Casa Rosada. Y todo, para destilar su desprecio hacia el Gobierno, y agitar a las huestes de odiadores rurales.
“¡Como rata por tirante! Así escapó en helicóptero Alberto Fernández de Pergamino, cuando cientos de productores lo esperaban ansiosos para charlar sobre las pésimas consecuencias de cerrar exportaciones, mientras él pensaba inaugurar un tramo de autopista construida por Mauricio Macri“, escribió el legislador que responde a Elisa Carrió.
¡Como rata por tirante! Así escapó en helicóptero @alferdez de Pergamino, cuando cientos de productores lo esperaban ansiosos para charlar sobre las pésimas consecuencias de cerrar exportaciones, mientras él pensaba inaugurar un tramo de autopista construida por @mauriciomacri. pic.twitter.com/7I3byPvvA0
— LUCHO BUGALLO (@LuchoBugallo) June 15, 2021
Sin embargo, de inmediato el sitio Chequeado expuso la mentira de Bugallo y desmintió lo difundido por el legislador.
En el lugar de la caravana se observaron carteles con las siguientes consignas: “Con la propiedad privada no se jode”, “No al cepo a la carne”, “Más educación y menos corrupción”, “Clases presenciales” y “Venimos en defensa de la República”.
La movilización tuvo lugar en momentos donde el Gobierno avanza en el diseño de un paquete de medidas que se anunciarían antes del domingo. Ese día vencerá la restricción para exportar carne vacuna. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, adelantó que las medidas que se adoptarán incluyen un acuerdo con el sector privado, con el objetivo de garantizar el abastecimiento interno de carne vacuna y que el negocio exportador pueda continuar.
Y detrás de ésta, como de cuanta movilización que llevan adelante los dueños del campo, aparece el grupo “Campo Más Ciudad”, un “grupo de choque” que nuclea a más de 500 terratenientes a quienes los une su recalcitrante antiperonismo. No les importa la República ni la democracia. Sólo defienden sus intereses. Se creen el ombligo del mundo. O al menos, de la Argentina.
La organización, a nivel nacional, busca debilitar al gobierno de Fernández. Les encanta mantener presencia al costado de las rutas, intentan marcarle la agenda del Frente de Todos y, por supuesto, reclamar por la “República”, “libertad de mercado” y “libertad de expresión”.
Mientras añoran aquel clima de guerra que caracterizó el conflicto agropecuario de 2008 contra la entonces presidenta Cristina Kirchner por la 125, aseguran estar “en alerta” para responder a “cualquier medida autoritaria”, y con ese mote definen a “la reforma agraria”, “la persecución a la prensa” o “el delirio de una justicia adicta”.
Pero, tal como lo evidenciaron ayer, el tono amenazante de los discursos suena muy poco republicano.
Y no es casualidad que el epicentro de esta nueva protesta haya sido Pergamino, una de las ciudades más beneficiadas por el boom sojero, de la mano de las cotizaciones internacionales récord y un tipo de cambio favorable para todas las actividades dedicadas a la exportación.
Hay que tener en cuenta que de los 110.000 habitantes de la ciudad, menos del 10 % trabaja directamente en actividades vinculadas a la agricultura, por lo que la riqueza que genera el campo en esa zona del norte bonaerense es para unos pocos. Muchos pequeños productores se ven obligados a arrendar sus tierras a los grandes pools sojeros para luego refugiarse en la ciudad.