Arranca el segundo semestre, y desde el Gobierno empiezan a ver con un moderado optimismo lo que depararán los últimos seis meses de otro año que, al igual que el anterior, estuvo marcado por la pandemia, y sus inevitables derivaciones en un parate de la economía que, como si fuera poco, tampoco pudo contener el crecimiento de una inflación que afectó a un vasto sector de la población.
Y ese mesurado optimismo tiene que ver con el impulso de distintas medidas que tienen como objetivo imprescindible la necesidad de que, lentamente, vuelvan a activarse los indicadores económicos y, sobre todo, el consumo. De ahí que, con ese fin, se busca inyectar dinero.
Por esa razón, medidas como la ampliación de programas sociales, la devolución del impuesto a las Ganancias o la implementación de bonos se combinan con paritarias en proceso de reapertura, y eventos estacionales como el pago del medio aguinaldo de julio.
Por ahora, con la llegada de julio, millones de trabajadores cobrarán su medio aguinaldo, al tiempo que también se libera la primera de las cinco cuotas de reintegro del impuesto a las Ganancias para activos y retirados que hayan quedado exentos luego de la última modificación. Es decir, para aquellos que cobren menos de $ 150.000 mensuales o jubilados que perciban hasta ocho haberes mínimos.
A esto se le suma, para los contribuyentes de menores ingresos, la mejora de las escalas del monotributo y la eliminación del aumento retroactivo, que había sumado deudas de un momento a otro. Ambos puntos están incluidos en una norma que tiene dictamen de comisión y busca reparar los efectos de otra norma sancionada pocos meses atrás, y que se espera sea tratada en los próximos días en el Congreso.
El otro envión que dinamizará el consumo y, por lo tanto, la marcha de la economía, estará dado por la aplicación de nuevas cuotas de las subas salariales acordadas en las paritarias de este 2021. En muchos casos, las mejoras superarán lo previsto a principio de año por efecto de las revisiones que forzó la escalada inflacionaria. De hecho, la nueva pauta se ubicó por encima del 40 % tanto en el sector privado como en el público.
Por otra parte, y tal como lo dispone la nueva ley de movilidad, en junio se aplicó un nuevo aumento a jubilaciones y pensiones, que sin embargo también acumulan casi un 30 % de caída real desde mayo de 2015.
Y a pesar de que todavía no fue confirmado oficialmente, el Gobierno evalúa otorgar bonos a jubilados y jubiladas para “compensar” el desfasaje con la suba de precios, tal como hizo en 2020. Serían dos sumas destinadas a quienes perciben los haberes más bajos y que se entregarían en julio y agosto, a la espera del nuevo aumento previsto para septiembre.
Por otro lado, el Gobierno anunció un bono de $ 6.000 en julio para titulares de Potenciar Trabajo, que son cerca de un millón de personas. Esto se suma a la ampliación del universo que percibe la tarjeta Alimentar, que se concretó en mayo.
También se decidió actualizar el monto tope del reintegro del 15 % a los consumos realizados con tarjeta de débito para los sectores de menores ingresos: jubilados y pensionados que cobran el haber mínimo y titulares de la AUH y de la asignación por embarazo. El reintegro —que se prorrogó hasta el 31 de diciembre— será de hasta $ 1.200 mensuales por beneficiaria, mientras que para los titulares de la AUH con dos o más hijos el monto máximo será de $2.400 mensuales.