Cuando falta menos de un mes para la definición de las candidaturas, nadie se arriesga a decir en Juntos por el Cambio si Carolina Piparo integrará las listas o no. Es que, tras atropellar a dos jóvenes y huir junto a su marido en la madrugada del 1° de enero, su figura fue perdiendo apoyo y hoy ni la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, ni la ex gobernadora María Eugenia Vidal le garantizan la continuidad.
Piparo asumió como diputada por La Plata en diciembre de 2017. Fue su debut en la política. Aunque se había acercado a la función pública de la mano del ex titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, apenas conoció a María Eugenia Vidal se sumó a la Fundación Pensar y desde allí saltó a las listas legislativas de mitad de mandato de la ex gobernadora.
En ese momento, Vidal la quería como una de sus espadas en la Legislatura en materia de seguridad. Piparo era una víctima emblemática de la inseguridad: en 2010, estando embarazada de nueve meses, motochorros le dispararon para robarle y, como consecuencia del ataque, perdió al bebé y además estuvo al borde de la muerte. Tenía una imagen positiva altísima y eso pesó sin dudas al momento de elegirla como cabeza de lista de diputados provinciales por la octava sección en 2017. Esa lista cosechó el 48% de los votos contra el 27% que sacó Unidad Ciudadana.
Su mandato como diputada termina en diciembre de este año y hasta 2020 era la candidata fija a renovar la banca e incluso encabezar la lista otra vez. También se perfilaba como reemplazante natural del intendente de La Plata, Julio Garro, para 2023. Pero lo que pasó en la madrugada del 1° de enero de 2021 dejó una marcha imborrable en su carrera política y abrió muchas preguntas sobre sus posibilidades de competir este año.
Esa noche, ella y su marido Juan Ignacio Buzali atropellaron a dos motociclistas a los que confundieron, según dijeron, con dos motochorros y se dieron a la fuga sin socorrerlos. El agravante: Piparo es también secretaria de Asistencia a la Víctima en el municipio de La Plata, además de ser legisladora. Por el hecho, Buzali estuvo preso tres meses y medio, y ahora cumple condena en su casa del country Grand Bell a la espera del juicio por el doble intento de homicidio.
La situación de Piparo se complicó hace casi un mes cuando el menor atropellado contó ante la Justicia que ella y su hermano le habían dado plata, un celular y zapatillas durante un encuentro clandestino, hecho que calificó como un “intento de soborno”. Piparo admitió el encuentro y el pago pero esta semana lo denunció por “falso testimonio”.
Apenas ocurrió el episodio en enero, hubo un comunicado a favor de Juntos por el Cambio y pudo sortear los reiterados pedidos de renuncia a ambos cargos, pero con el correr de los meses y las pericias, sus pares y los dirigentes del espacio opositor le fueron restando apoyo.
Buscó una foto con Vidal, pero no la consiguió y peor aún, ahora la ex mandataria decidió mudarse de distrito y ya no tendrá injerencia alguna en las listas bonaerenses.
La única que le dio su apoyo y accedió a la foto cuando todavía su marido estaba preso fue la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, estandarte del ala dura enrolada con el ex presidente Mauricio Macri. Pero la decisión de la ex ministra de Seguridad de no competir en este turno electoral la volvió a dejar húerfana.
En la interna de JxC, el intendente Garro decidió jugar con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el lado contrario de la grieta en el que se ubicó Piparo. Y si bien la sostiene en el cargo municipal, lo hace solo para honrar compromisos políticos anteriores.
¿Quién pedirá por Piparo? Por ahora, el único que trascendió que podría pedir por ella es el intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien por ahora sigue enfrentado a Larreta por la posibilidad de que Diego Santilli encabece la lista a diputado nacional por la Provincia y se posicione como rival suyo de cara a la carrera por la Gobernación.