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22 noviembre, 2024
PAÍS

Macri, cada vez más débil y abandonado: sólo pudo colocar a tres aliados puros en las listas

Mientras el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ratificó su liderazgo en Juntos por el Cambio, al lograr disponer de las cabezas de lista en Capital y Provincia, Mauricio Macri terminó de confirmar su debilidad y que su nombre es casi mala palabra en la alianza opositora, donde sólo logró colocar a tres representantes de su sector en lugares secundarios como precandidatos para las PASO.

El ex presidente logró que el diputado Fernando Iglesias, cuyo mandato vence en diciembre, figure en el cuarto puesto en la lista porteña que encabeza María Eugenia Vidal. De esta manera, el legislador, convertido en un obsesivo troll dedicado a destilar su odio a través de las redes sociales, se garantiza seguir ocupando una banca por otros cuatro años más.

En tanto, consiguió que Hernán Lombardi, el tristemente célebre ex titular del Sistema de Medios Públicos, haya quedado séptimo en la nómina bonaerense liderada por Diego Santilli. Su ex funcionario será recordado por cómo estuvo a punto de liquidar los medios del Estado, llevando adelante una feroz persecución contra los trabajadores que venían del gobierno anterior, y que lo tradujo en cientos de despidos en la Agencia de noticias Télam, la TV Pública y Radio Nacional.

Pero sin lugar a dudas, el dato más llamativo de la trilogía de precandidatos macristas puros que el ex mandatario logró ubicar en las listas, está dado por la presencia de su secretario privado, Darío Nieto, quien está en el noveno lugar entre los candidatos a legislador porteño de Juntos por el Cambio.

En este caso, quedó en evidencia que el único objetivo de impulsar a Nieto -teniendo en cuenta que las posibilidades de que ocupe una banca son altas-, es buscar la impunidad de alguien que está siendo investigado por la Justicia, en el marco de la causa de espionaje ilegal en la cual se encuentra imputado.

La semana pasada, la Cámara Federal porteña solicitó que le sean remitidos los distintos elementos de prueba extraídos del celular de Nieto, antes de resolver si le confirma o no la falta de mérito con la que fue beneficiado en la causa en la que fue imputado por espionaje ilegal.

Macri, en Europa desde el 27 de junio, no estuvo en el tramo más caliente de las negociaciones por las listas. Prácticamente no se metió en las internas de ninguna provincia, excepto en la de Córdoba: allí estuvo de visita a principios de junio y confirmó su respaldo a Gustavo Santos, ex ministro de Turismo de Cambiemos, como candidato a diputado, y a Luis Juez, como senador nacional. La definición causó malestar en el radicalismo y abrió una pelea en JxC.

Semanas antes de irse, el ex presidente planteó su deseo para que Vidal fuera la principal candidata bonaerense, y que en la Ciudad de Buenos Aires la máxima postulación quedara en manos de Patricia Bullrich, porque estaba convencido de que si no se alcanzaba un acuerdo opositor en esos dos distritos, el gran responsable por no haber logrado consensos iba a ser Rodríguez Larreta.

Macri no pensaba que Diego Santilli fuera un mal candidato para Buenos Aires, aunque le había aconsejado al ahora ex vicejefe de Gobierno que no se postulara en el territorio bonaerense porque Vidal podía asegurar una mayor cantidad de votos.

Antes de que Vidal se convirtiera en “orgullosamente porteña”, llegó a advertirles a los intendentes del PRO que integran el Grupo Dorrego (como Néstor Grindetti, de Lanús; Julio Garro, de La Plata, y Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, entre otros) que debían sostener su respaldo a la candidatura de la ex gobernadora, y que si cambiaban de postura “sería un papelón” y que él no se haría cargo de que sus decisiones derivaran en una victoria oficialista en Provincia.

Todo cambió en la mañana del viernes 25 de junio, cuando Macri se reunió a solas con Rodríguez Larreta. Después de ese encuentro, el ex presidente se replegó y dejó que la iniciativa en materia electoral fuera del jefe de Gobierno, que terminó imponiendo a Vidal en Capital y a Santilli en Provincia, luego de sendos renunciamientos de sus posibles adversarios del PRO, Bullrich y Jorge Macri. Incluso, la ex ministra de Seguridad sintió que Macri le quitó el respaldo para su candidatura.

Una vez que retorne al país, la incógnita es el papel que asumirá Macri: el liderazgo de Juntos por el Cambio ya está en manos de Rodríguez Larreta desde hace un mes. Mientras, los allegados al ex presidente anticipan que quiere protagonismo en la campaña para apoyar a los candidatos de JxC. Y ahí surge la pregunta en cuanto a si se animará a estar presente en los actos, caminatas y eventos de los candidatos. Es que a partir de encuestas que siguen registrando una fuerte imagen negativa del ex mandatario, demás está decir que en el larretismo prefieren que Macri tome distancia de la actividad proselitista.

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