Cuatro años de prisión: esa es la condena que hoy se le dictó al falso abogado y espía ilegal Marcelo D’Alessio, por el intento de extorsión al empresario Gabriel Traficante. La decisión la tomó el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº 2 de la Capital Federal en lo que se conoció como “caso Traficante”, que se investigó en los tribunales de Comodoro Py.
Se trata de la primera condena que recibe D’Alessio en el marco de un juicio oral y público, en el que también fueron condenados el fiscal de Mercedes, Juan Ignacio Bidone a 3 años y 8 meses de prisión, y los ex agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Rolando Barreiro y Claudio Álvarez a 2 años, pero con cumplimiento en suspenso.
El TOF 2, integrado por los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Enrique Méndez Signori, resolvió por unanimidad que a D’Alessio se lo condenara a la pena de 4 años de prisión “por considerarlo autor penalmente responsable del delito de extorsión en grado de tentativa”.
La condena del fiscal Bidone fue similar: 3 años y 8 meses, por considerarlo partícipe necesario de la maniobra. A su vez, le decretaron la inhabilitación especial por el plazo de 4 años.
Menor fue la pena para los ex agentes Barreiro y Álvarez. Al primero, el TOF 2 lo consideró partícipe secundario del intento de extorsión. Al segundo, lo condenaron por la violación de la Ley de Inteligencia Nacional (era agente al momento de los hechos).
Antes del veredicto, D’Alessio aseguró que se quedó sin amigos, que “la idea era” que él se suicidara y se defendió al plantear que no había llevado adelante la extorsión: “Traficante vino a buscar un servicio”, señaló. Además, les dijo a los jueces que él ya había sido condenado mediáticamente, y disparó contra el macrismo que lo dejó solo llamándolo “loquito”. Afirmó incluso que se le “tendió una trampa”.
D’Alessio hizo referencia –aunque sin nombrarlos- a la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich, al fiscal Carlos Stornelli y al periodista de Clarín Daniel Santoro, quien estuvo procesado en este mismo caso, pero meses atrás finalmente se vio beneficiado con una resolución de la Cámara Federal porteña que le revocó el procesamiento.
El espía ilegal, actualmente detenido en el penal de Ezeiza, les dijo a los jueces del tribunal antes de la sentencia: “Me dolió la canallada de quienes salieron corriendo en estado de pánico a usar los medios para cubrirse diciendo que era un loquito, un fabulador y hasta llegaron a sostener que dialogaba sobre narcotráfico o la homologación de tal o cual protocolo o calibre de proyectiles sónicos con un nietito”.
Tal como consta en otra pesquisa que involucra a D’Alessio (la que se sustancia en los tribunales de Dolores), el espía tenía trato con la entonces ministra de Seguridad. Por ejemplo, le escribió a Bullrich, a su celular: “Hola Patricia. Espero estés bien. Vengo de Rosario. Tengo una escucha para darte. Y un arrepentido por los disparos a los integrantes de la Cámara. Cuando quieras nos vemos. Un beso”. Bullrich le respondió: “Ok. Podés reunirte con Bonini? Y le das el material y después nos vemos nosotros”. D’Alessio contestó: “Vos sabés Patricia que estoy a tu disposición!! Lo que vos digas!!! Le pasarías mi celu?”.
Cuando en alguna oportunidad se le preguntó a Bullrich por qué D’Alessio tenía su número celular, dijo que era un teléfono viejo que usaba su nieto para jugar.
El fiscal Bidone, quien fue el que le proveía la información “sensible” a los espías, afirmó que fue “imprudente” y “descuidado” con respecto a D’Alessio. El fiscal –que a diferencia de Stornelli está suspendido en el cargo hace tres años- dijo que lo consideraba un agente de inteligencia. Durante la audiencia contó que fue D’Alessio quien le pasó el teléfono de Bullrich.
Asimismo, reveló que capacitó “de manera gratuita a diputados, diputadas, ministras, senadores y funcionarios de alto rango de la AFI, periodistas, entre otros”. “Evidentemente, las presentaciones que fui realizando contenían información que incomodaron a funcionarios que, lejos de judicializar el material que desarrollaba en forma fundamentada, optaron por silenciarme tendiéndome una trampa”, lanzó.
El “caso Traficante” se sustanció en los tribunales de Comodoro Py –a diferencia del grueso del D’Alessiogate que tramita en la justicia federal de Dolores-. Estuvo en manos del juez Luis Rodríguez.
En este expediente se investigó la extorsión al empresario Gabriel Traficante por parte de la banda de D’Alessio. El hecho se extendió desde el 2 de noviembre de 2016 al 9 de diciembre del mismo año. En la investigación “se tuvo por acreditado que D´Alessio durante aquel periodo se contactó con Traficante” y lo presionó. Entre otras cosas, le refirió que iba a aparecer “su nombre en el diario Clarín por intermedio del periodista Daniel Santoro” y “le exigió el pago de distintas sumas de dinero” para evitar quedar complicado en la causa de la Mafia de los Contenedores.
Todo aquello tuvo lugar por la inteligencia ilegal que practicó D’Alessio y su banda sobre Traficante. Entre otras cuestiones, el espía ilegal poseía “información privilegiada” sobre “los registros telefónicos” de la víctima, así como “los dominios de dos vehículos que según le dijo a Traficante lo estarían persiguiendo”.
D’Alessio le advirtió al empresario que estaba complicado en la causa “conocida como ‘la mafia de los contenedores’” que se sustanciaba en el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 6. Le adelantó también que Santoro lo “implicaría públicamente”.