Si la debacle tiene un escenario, es la del impresentable ex ministro y pretencioso candidato devenido en un jubilado en ciernes.
Es que desde aquel 2017 en que con su jugada artera privó a Unidad Ciudadana de un triunfo en provincia, Floro fue en franca picada hacia el abismo.
Y efectivamente, el corolario de su viaje al fin de la noche parece que le llegó tras su escisión en 2015 del kirchnerismo y que hoy, bajo la atenta mirada de su jefe de campaña, el inefable Hetitor y todos sus medios y no solo mediáticos, Randazzo logró la nada. Sus escasos puntos porcentuales muy por debajo de Espert y el propio Del Caño lo condenaron a la inopia.
Al final, como cantaba Fito por Rosario, Chivilcoy para Floro siempre estuvo cerca. Y además le debe una explicación a su madre.