Fanática del gatillo fácil, una miserable Patricia Bullrich salió a defender a los policías que mataron a Lucas

Patricia Bullrich volvió a diferenciarse del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, esta vez por la decisión de separar a los tres policías involucrados en el asesinato en el barrio porteño de Barracas de Lucas González, el joven futbolista que volvía de entrenar con amigos.

La presidenta del PRO se refirió a la decisión del ministro de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, quien dispuso el pase a disponibilidad de los efectivos, que circulaban en un auto de civil, sin uniforme ni identificación.

“La disponibilidad es una medida fuerte que genera cierta condición de culpabilidad, o presunción de una acción no correcta (…) No es correcto pasar a disponibilidad a un policía cuando uno cree que el policía actuó en el cumplimiento de su deber”, dijo Bullrich, dando así por sentado que los asesinos de Lucas actuaron correctamente.

En declaraciones a LN+, la ex ministra de Seguridad no dudó en defender a los ejecutores: “Todavía no se sabe qué paso”, lanzó irresponsablemente, y agregó que “lo peor que se puede hacer en casos como este, cuando no se sabe exactamente qué sucedió, es instalar una definición”.

“Sin dudas que hay algunos elementos que son de carácter confusos…”, concedió Bullrich, quien además se permitió dudar del joven asesinado, quien al momento del crimen volvía de entrenar en el club Barracas Central.

“Puede generar en un auto con cuatro jóvenes una situación de temor y de miedo, que lo hacen escaparse y no entender que lo que tienen enfrente es la Policía”, apuntó, confusa. Ah, eso sí, después intentó aclarar: “Si enfrente tenían un patrullero con luces, la situación era más clara”.

Es decir, para Bullrich los chicos no entendieron que un auto sin patente, sin luces y sin identificaciones podía ser un auto en el que iban efectivos de la Policía de la Ciudad.

Y como si fuera poco, en ese marco de defensa del gatillo fácil, la titular del PRO dejó flotando la sospecha de que Lucas portaba un arma, que fue la versión de los policías asesinos. “Si el arma es o no falsa, es relativo”, escupió.