Mientras el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner buscan reducir los costos que traerá el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía está volando con un incremento de las exportaciones a precios récord y con un crecimiento fuerte en la industria, pero que todavía no llega a la mayoría de la población.
En realidad, el gran problema que tiene el Frente de Todos es la inflación -4 por ciento en enero- y un promedio que volvería a estar cerca del 50 por ciento a fin de año. Y como consecuencia de la inflación la canasta de la inflación esta por las nubes. “Si la lechuga seguirá costando 1000 pesos el kilo, el pollo aumentó este mes el 20% y los huevos el 50%, olvidémonos de ganar el próximo año”, dije un histórico dirigente del peronismo.
El Frente de Todos se mantiene unido, más allá de las campañas de los medios hegemónicos, muchas alimentadas por sectores del albertismo, para que el FdT se rompa y expulse al kirchnerismo a partir de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque en la Cámara de Diputados. Lamentablemente hay sectores cercanos a Fernández -no así el presidente- que creen que si rompen con Cristina el establishment económico los “ayudará” a gobernar.
Por suerte, el presidente mantiene el diálogo con Cristina y en las últimas horas se comunicó con Máximo para tomar un café, movida que fue bien recibida por el referente de La Cámpora. Paralelamente, Alberto afirmó que de “ninguna manera está enojado” con Wado de Pedro y que seguirá siendo su ministro de Interior.
Más allá que falta un año para las candidaturas del FdT, la dirigencia y la militancia intermedia confía en la recuperación económica y ya piensa que las PASO serán un elemento fundamental para un triunfo del FdT. El ejemplo de la interna de Santilli y Manes mostró la importancia de ir a las primarias con más de un candidato. En la oposición ya que sabe que el próximo año habrá varios candidatos para la presidencial: Rodríguez Larreta, Morales, Macri o Bullrich
En el oficialismo, la militancia reconoce que fue un error no permitir que jueguen todos en las elecciones primarias del año pasado, con lo cual aquellos que integraban boletas y fueron dados de baja se quedaron en sus casas y no militaron las elecciones.
Muy subterráneamente, en la militancia circulan varios nombres para el próximo año:
-El presidente Alberto Fernández confía en que si mejora la economía irá por la reelección, pero por ahora no adelantará nada.
-Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados, también tiene el sueño presidencial y espera su oportunidad. La edad lo ayuda y debería buscar algún candidato del kirchnerismo para que lo acompañe, ya que todavía son frescos los recuerdos de su ruptura en el año 2013.
-Daniel Scioli, quien perdió por un punto las elecciones presidenciales del 2015, hoy sin lugar a duda es el mejor embajador del gobierno, realiza una gran labor en Brasil. Desde su círculo cercano, afirman que en caso de que el presidente no juegue, él lo haría.
-Axel Kicillof, el actual gobernador de Buenos Aires, sigue siendo una carta fuerte en el kirchnerismo y, aunque ha dejado trascender que le gustaría seguir en la provincia, aceptaría buscar la presidencial si lo pide Cristina Kirchner.
-Desde el interior hay varios gobernadores que intentarán pelear la presidencia. El primero es Juan Manzur, actual jefe de Gabinete, un hombre de fluido contacto con las provincias del Norte y también con la dirigencia de los Estados Unidos. El segundo que tiene aspiraciones es Jorge Capitanich, gobernador del Chaco y finalmente Sergio Uñac, gobernador de San Juan, que termina su segundo mandato en el 2023.
Para la dirigencia intermedia del peronismo hay que permitir que todos jueguen, incluso Sergio Berni o Guillermo Moreno que insisten con ser candidatos presidenciales.
La pregunta final es qué hará Cristina Kirchner. Nadie lo sabe. Su estilo es el mismo que el de Néstor Kirchner de jugar a la sorpresa hasta último momento. Lo hizo Néstor con Cristina en el 2007, Cristina en el 2011 luego de la muerte de su compañero, y en el 2017 cuando aceptó ser candidata a senadora y fundó Unidad Ciudadana. La última gran sorpresa fue el anuncio de Alberto Fernández candidato a presidente y ella a vice, clave para la derrota del macrismo.
Quienes más la conocen cree que se concentrará en la provincia de Buenos Aires y encabezaría la candidatura a senadora nacional. No solo eso, opinará sobre la candidatura a gobernador y las listas provinciales, aunque está claro que esta vez se permitirá que haya internas en los municipios que lo planteen.
Por estas horas,Axel está más cerca a repetir la fórmula con Verónica Magario e ir por la reelección, pero la última palabra la tiene Cristina. No hay que descartar que si la vicepresidenta le pide que lo acompañe como segundo senador o que encabece una de las listas presidenciales lo hará. En este caso, no hay qué descartar que Wado de Pedro, hombre de La Cámpora, podría ser candidato a gobernador, pero tampoco hay que descartar a Martín Insaurralde, hoy jefe de gabinete bonaerense y un conocedor del territorio. Por último, Máximo Kirchner no aspira a ser candidato en las proximas elecciones pero está muy enfocado en el armado provincial para que todos jueguen y tener los hombres más competitivos para volver a ganar la provincia.
Falta un año, pero en el FdT sus dirigentes repiten que esta vez no hay una fórmula indiscutida para el 2023. “Las recetas, solo en la cocina”, repite un dirigente bonaerense y modifica aquella frase de Néstor Kirchner: “Que florezcan mil candidatos”.