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16 noviembre, 2024
PAÍS

Otra sentencia a la medida de Macri: fue sobreseído junto a los jueces que lo visitaban antes de fallar

Las reiteradas visitas de dos integrantes del máximo tribunal penal del país a Mauricio Macri mientras éste ejercía la presidencia, no fue considerado un hecho de gravedad ni antijurídico por parte de la Justicia, a pesar de que varias de esas visitas tenían un correlato directo con fallos en torno a denuncias de referentes de Juntos por el Cambio, que indefectiblemente acusaban a Cristina Kirchner o a funcionarios de su administración.

En febrero del año pasado, el entonces diputado Martín Soria –actual ministro de Justicia– y sus pares Rodolfo Tailhade y Eduardo Valdés, denunciaron que el juez Gustavo Hornos se había reunido en seis oportunidades con el ex mandatario. Los legisladores del FdT sostuvieron que cada una de las visitas eran contemporáneas al dictado de algún fallo que podría interesar a Macri.

El escándalo fue mayor cuando se conocieron las 18 visitas de Mariano Borinsky a la quinta presidencial de Olivos. El magistrado no negó los encuentros, y como una despiadada burla, se encargó de hacer trascender que no discutía sus fallos con él, y que sólo se trataron de visitas recreativas.

La revelación de los encuentros desató un terremoto dentro de la Cámara de Casación. Entonces era Hornos quien la presidía, y sus pares Alejandro Slokar y Ángela Ledesma pidieron su renuncia.

Sin embargo, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi sobreseyó al ex presidente Macri y a los jueces Borinsky y Hornos, al considerar que “no existe prueba alguna que indique la comisión de un hecho típico, antijurídico y culpable que pueda ser reprochado”.

Tan favorable resulta el fallo para los tres acusados, que el magistrado sostuvo que no existió delito en las reuniones que el ex jefe de Estado y los jueces sostuvieron en la Quinta de Olivos y la Casa de Gobierno, afirmando que hay “certeza negativa” para resolver de esa manera.

La denuncia judicial hablaba de la “Mesa Judicial M”, y la definía como una “organización criminal encargada de presionar sistemáticamente a funcionarios judiciales con el objetivo de afectar la independencia del Poder Judicial”.

Pero sin profundizar en la investigación, el juez Martínez de Giorgi afirmó que las “reuniones cuestionadas” fueron “inexistentes en su mayoría”. Para ello, se basó en registros incompletos de la Casa Militar en los que no aparecían consignadas las visitas que la denuncia mencionaba.

El juez concluyó que Borinsky visitó sólo en dos oportunidades a Macri, como presidente de la Comisión que tenía asignada la tarea de redactar un nuevo Código Penal. Sobre Hornos, el fallo explica que hubo tres visitas a la Casa Rosada sobre las cuales “no existe justificación alguna, ni actividad pública oficial que los explique”.

Pero Martínez de Giorgi consideró que “tampoco se obtuvieron evidencias, constancias documentales ni registros acerca de su contenido, situación que impide atribuirles valor determinado, y menos aún darle una connotación ilícita”.

Mientras, la Cámara Federal porteña revisará el fallo que sobreseyó a Macri y a los jueces de la Cámara Federal de Casación, ante una apelación de la fiscalía que reclamó revocar esa decisión por prematura.

“La decisión del señor juez de primera instancia (Marcelo Martínez De Giorgi) debe ser revocada, en virtud de que no se adecua ni a la normativa aplicable, ni a las constancias” de la causa, sostuvo la fiscal Alejandra Mángano, en el recurso de apelación

“El principal argumento del juzgado para dictar este temperamento definitivo sería la inexistencia o falta de registro de varios de los encuentros denunciados, aun cuando el soporte informático de los ingresos a Olivos y Casa Rosada no fueron recibidos en este expediente pero sí en otros”, advirtió la fiscalía.

En la apelación se postuló que todavía “existen diversas medidas de prueba que podrían realizarse en pos de verificar la existencia de las reuniones aquí denunciadas, así como si en aquellas se produjo una influencia indebida sobre el trabajo de los magistrados”.

En la presentación se detallaron seis visitas a la Casa Rosada por parte de Hornos para ver a Macri “días antes de dictar sentencias favorables a los intereses de ese mismo Presidente” entre 2015 y 2018.

Y en cuanto a Borinsky, se denunciaron 18 reuniones; de ellas 16 en la quinta de Olivos y dos en Casa Rosada “con proximidad temporal a la resolución de fallos judiciales en los que los magistrados intervenían, lo que les permitía inferir que había existido una influencia indebida por parte de la máxima autoridad del Poder Ejecutivo con relación a casos de trascendencia política”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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