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28 junio, 2024
PAÍS

Las manifestaciones a favor de Cristina profundizan la salvaje interna en Juntos por el Cambio

Por Eduardo D’Argenio.- Si algo faltaba para recalentar la ya de por sí salvaje interna que se viene manteniendo desde hace tiempo en Juntos por el Cambio, fueron las vallas colocadas en torno al edificio donde vive Cristina Kirchner en el barrio porteño de Recoleta las que reavivaron las diferencias entre dos de los principales presidenciales de la alianza opositora: el alcalde Horacio Rodríguez Larreta y la titular del PRO, Patricia Bullrich.

El vallado y el posterior retiro de esos elementos, la represión desatada por la policía de la Ciudad, y un oscilante ida y vuelta a la hora de llevar adelante decisiones sobre qué era mejor hacer frente a las manifestaciones en apoyo hacia la vicepresidenta, no hicieron más que reflejar con crudeza la brutal disputa interna en el seno de JxC para ver quién es más “halcón”.

Por eso, no es casualidad que esta mañana en Radio Mitre el ministro de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, fue contundente con respecto a cómo se posicionará si continúan los acampes en Recoleta: “No me va a temblar el pulso para usar la fuerza pública y recuperar la paz social”.

Es más, durante la entrevista, Eduardo Feinmann, quien dicho sea de paso viene agitando la bandera de que en cualquier momento se registrará alguna muerte violenta, justamente le preguntó al funcionario “si le da la sensación de que Cristina está buscando un muerto”, a lo que D’Alessandro respondió: “Me quedó claro el sábado. No sé si la vicepresidente, pero todo ese sector está generando un escenario para que pase cualquier cosa, incluso hechos de sangre”.

En tanto, el ministro aprovechó para responderle a Patricia Bullrich, quien criticó el operativo por un supuesto “retroceso” de las fuerzas de seguridad porteñas. “Me extraña de Patricia, la conozco, hemos trabajo juntos en Seguridad. Más allá de a quién le sacan las vallas y a quién no, hay que tener memoria. El 14 de diciembre de 2018 se suspendió la sesión legislativa porque le sacaron las vallas a la Gendarmería”, le recordó. “Hoy no es momento de estar generando estas situaciones y siéndole funcional a un espacio que genera violencia”.

En medio de los cruces sobre la política de seguridad, la titular del PRO había rechazado la invitación a sumarse a la conferencia de prensa encabezada por Rodríguez Larreta en la noche del sábado, una vez que la Policía de la Ciudad se había replegado y los militantes ocupaban la esquina donde habita CFK.

“Nuestra coalición tiene que mostrar la personalidad de que puede gobernar. Que estamos en condiciones de mantener el espacio y el orden público. Es un desafío muy importante y mi objetivo, dentro de una serie de cambios, es demostrar que no te van a doblegar”, dijo Bullrich, al mostrar sus diferencias con la postura del jefe de Gobierno.  

Bullrich definió: “En la seguridad vos no podés tener miedo”. “Si tenés ese miedo, se lo transmitís a la Policía. No sé de quién es el miedo. No creo que el jefe de la Ciudad esté directamente involucrado con un operativo, pero el hecho de que siempre la Ciudad esté con las calles tomadas…”, deslizó.

“Ni un paso atrás. No podemos seguir naturalizando lo que está mal ni tampoco seguir entregándole el país a esta gente. La obligación de un gobernante es garantizar el orden y el imperio de la ley. Para eso nos votan. Mi solidaridad con los 12 policías de la Ciudad heridos”, había tuiteado la ex ministra de Seguridad.

Mientras, cerca de Mauricio Macri pasaron factura por el operativo “a mitad de camino” en Recoleta. “Puso las vallas, todos lo apoyamos y terminó retrocediendo y negociando”, comentaron. Y algo más: “La gente va a distinguir entre los convencidos y los que dicen que quieren un cambio sólo para captar votos, pero no lo van a aplicar”.

“Desde afuera es muy fácil decir que hay que sostener la valla a cualquier precio. Hubo cuatro detenidos y 15 policías heridos. Si nos poníamos inflexibles hubiera sido una masacre”, defendieron la “solución política” cerca del alcalde porteño este domingo, acordada en una reunión de Jorge Macri y Marcelo D’Alessandro con Aníbal Fernández, Wado de Pedro y Juan Martín Mena en el Ministerio de Seguridad de la Nación.

“Si no hacíamos lo que hicimos, iba a ser peor. Fue lo menos malo, no había buenas opciones. Se evitaron hechos graves de violencia y, gracias a que pusimos las vallas, pudimos negociar y logramos que, al final, los manifestantes se fueran y liberaran la zona sin mayores desmanes ni daños”, argumenta Larreta ante sus críticos, que no son pocos y no todos, como él dice, son los que le disputan la interna cambiemita, porteña y nacional.

“Terminó regalándoles la calle, con la policía desbaratada. Así van a pensar que no podés manejar nada. Una vez que ponés las vallas hay que resistirlas. La conclusión, de la que Patricia no quiso participar, es que Cristina siempre hace lo que quiere y nosotros somos incapaces”, cuestionó el sector de Bullrich. “Si voy, tengo que hablar y expresar una posición”, le había planteado a Rodríguez Larreta el sábado la titular del PRO que, finalmente, no se hizo presente en esa puesta de escena con algunos referentes de la coalición opositora.

Los dichos de la jefa del Pro generaron malestar en el gobierno porteño. Además de la furia de D’Alessandro, Felipe Miguel, el jefe de gabinete de Larreta, dijo que le generan mucha desilusión estas declaraciones de Bullrich: “La Argentina necesita frente a todos estos embates la unidad de la oposición. Estas declaraciones tienen un interés personal. Son cuestiones cortoplacistas. Prioriza intereses personales por encima de los intereses de la República”, dijo.

Y se sumó la ministra de Seguridad porteña, Soledad Acuña: “En un momento tan delicado de la Argentina, la sociedad espera una oposición unida, que resuelva sus diferencias internamente. No le hagamos el juego al kirchnerismo populista y violento. Fortalezcamos Juntos por el Cambio”.

El hecho es que, desde los medios hegemónicos, no dejan de fogonear la idea de que en cualquier momento pude haber un muerto, con el claro objetivo de culpar al kirchnerismo ante hechos de violencia, y de ahí las presiones sobre Rodríguez Larreta.

En este contexto, y nada más ni nada menos que desde La Nación, Claudio Jacquelin, prosecretario general y columnista del diario, escribió un artículo que, bajo el titulo “Volvió la grieta y golpea a la oposición”, sostuvo, entre otros puntos, que “nadie quedó más expuesto que el principal aspirante opositor a la presidencia. Por poner las vallas y por sacarlas. Por permitir el acampe, primero, y por no sostener la liberación, después. Por la represión y por los policías heridos. Por enfrentarse y por negociar. Por tratar de ponerle fin a la ocupación del espacio público y por no poder garantizar definitivamente la libertad de circulación”.

Y agregó: “Son demasiadas discordancias para el adalid del consenso, expuesto a un escenario de conflicto abierto, que volverá a tomarle examen si, como se espera, los ultracristinistas vuelven a adueñarse de las esquinas más caras de la ciudad. Si eso ocurre, aún no hay plan para enfrentarlo. “Veremos”, dicen en la cercanía de Rodríguez Larreta sin ruborizarse, pero no sin preocupación. Ni para los fanáticos de la planificación la previsión es absoluta”.

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