Los discursos de odio que constantemente expresan referentes políticos opositores y comunicadores sociales desde los medios hegemónicos, y que se potencian en las redes sociales, fueron puestos en la mira a partir del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Kirchner el jueves último.
La cuestión empezó a cobrar tanta centralidad, al coincidirse en que esos mensajes, de hecho, fueron un caldo de cultivo para que un sujeto estuviera a punto de cometer un magnicidio, que la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Victoria Donda, convocó al Consejo Federal de Políticas Públicas Antidiscriminatorias para iniciar la redacción de un proyecto de ley contra esos discursos públicos, para que sea debatido en el Congreso de la Nación.
Así, mientras avanzan las investigaciones judiciales en torno al atentado, se acentúa por estas horas el debate en torno a la necesidad de una ley que regule los “discursos del odio”.
Además de Donda, el senador José Mayans, la portavoz Gabriela Cerruti, y el asesor presidencial Alejandro Grimson, se expresaron durante el fin de semana en relación a la “necesidad” de esa nueva legislación, basándose en un marco regulatorio inspirado en legislaciones europeas.
“Hay periodistas con nombre y apellido que son partícipes necesarios muy centrales de la construcción del odio en Argentina”, y “que ese discurso que les genera uno o dos puntos más de rating tiene profundas consecuencias sociales, discursos que generan otros discursos de persecución, de expulsión y de exterminio”, señaló Cerruti.
En tanto, el presidente del bloque oficialista en la Cámara de senadores, José Mayans, en línea con el discurso de dirigentes de su espacio, señaló a los medios de comunicación como responsables: “La violencia se viene generando hace rato con estigmatizar a través de los medios”, apuntó.
Mientras, el Inadi, en un comunicado señaló que “ante el intento de asesinato de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco de una violencia política creciente que se sustenta en discursos de odio, urge ampliar el debate democrático y con carácter federal de una iniciativa parlamentaria que busque acabar con las expresiones y acciones antidemocráticas”.
“Estos discursos son el semillero de acciones concretas que llegan a la violencia física extrema y hasta intentos de homicidio como el sufrido por la vicepresidenta”. “Damos un paso adelante para que el odio no sea parte de nuestra democracia Nunca Más”, cierra la convocatoria del Inadi.
“Las y los periodistas y la dirigencia tienen un rol social que les endilga una responsabilidad democrática; no pueden hacerse los inocentes o los sorprendidos”, escribió Donda en una columna publicada por Infobae. “Por eso nos urge como sociedad tener una herramienta legal que sancione estas construcciones discursivas. Existe en Francia. Existe en Alemania. Debería existir en Argentina”, sostuvo la funcionaria.
En el caso de Alejandro Grimson, politólogo y asesor presidencial, afirmó que “Argentina tiene que avanzar en la limitación de los discursos del odio para lograr convivencia democrática sin violencia” y sostuvo que eso debería “plasmarse en una ley o en un conjunto de leyes”, como han hecho otros países.
El funcionario tiene en la mira el caso de Angela Merkel, la canciller alemana que impulsó una legislación “contra el discurso extremista” durante una recordada presentación ante el Parlamento de su país, en la que sostuvo que “la libertad de expresión tiene sus límites, que empiezan cuando se propaga el odio”.
Y agregó: “Argentina tiene que avanzar en la limitación de los discursos del odio para lograr convivencia democrática sin violencia. Debería plasmarse en una ley o en un conjunto de leyes. Argentina prohíbe la apología del delito y ahora debe ver formas para sancionar los discursos del odio para fortalecer la democracia”.
Mientras, desde el Gobierno aseguran que las ideas están “en debate”, y que el proyecto de ley que surgiera -todavía no hay ninguno presentado en el Congreso- “debería salir por consenso con la oposición, porque está en juego un nuevo acuerdo democrático en el país” luego del atentado contra la vicepresidenta.
De todas maneras, en el oficialismo se mostraron escépticos sobre un eventual apoyo de los “halcones” de Juntos por el Cambio, y sí expresaron su “esperanza” de un eventual apoyo por parte de la UCR.