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La Plata
26 abril, 2024
PAÍS

La histórica movilización de ayer desnudó internas, egos y aprovechamientos políticos

Por Eduardo D’Argenio.- Se trató de la movilización popular más grande en la historia argentina. Lo cual no es poco decir para un país que, a partir del 17 de octubre del ’45, salir a las calles forma parte de la cotidianeidad. Es que los cinco millones de personas que ayer salieron a celebrar el campeonato mundial logrado por la selección argentina en Qatar, inevitablemente rompió cualquier previsión o intento de organización ante una multitud que desbordó los límites de lo imaginable.

Como precedente, en las últimas horas se recuerda lo que fue la marcha hacia plaza de Mayo en aquel agosto de 1951 cuando se produjo el histórico renunciamiento de Evita a aceptar ser candidata a vicepresidenta. También se rescata lo que fue aquella trágica jornada del 20 de junio de 1973, cuando dos millones de personas fueron a recibir a Juan Domingo Perón a Ezeiza. Y ya más acá en el tiempo, los festejos por el Bicentenario, en 2010, con Cristina Kirchner como presidenta.

Y como no podría ser de otra manera, esta inmensa movilización de ayer estuvo condimentada por cuestiones de la política desde el mismo momento en que Scaloni, Messi y compañía llegaron al país con la copa.

En este contexto, tan de manual son los medios hegemónicos que se refregaron las manos y disfrutaron que, finalmente, el seleccionado no se haya presente en la Casa Rosada, tal como hubiese correspondido.

Al respecto, hoy José Luis Lanao, en Página/12, sostiene que “alejar a la Selección Nacional de las instituciones es un fracaso de la democracia. De cada uno de nosotros. Si esta Selección decide por “neutralidad” ideológica no visitar a su Presidente, este o el que sea, manifiesta una indiferencia enorme por las instituciones, y una enorme victoria del odio y de los sectores reaccionarios de la política y de los medios hegemónicos involucionistas. Sabemos que una parte de la clase política está desprestigiada, pero vamos a darle un “empujoncito”, vamos a desprestigiarla un poco más”.

Y de ahí que esos medios celebraron que “el presidente Alberto Fernández no logró tener la foto que buscaba”, en cuanto a recibir a la selección argentina en la Casa Rosada, destacando que la resistencia de los jugadores del plantel a posar junto a dirigentes políticos durante las celebraciones por el título frustró los planes de la administración del Frente de Todos.

A pesar de que ese gesto sea una tradición, Fernández debió ver por televisión desde la quinta de Olivos la caravana con los festejos. Y esa imagen también revela dolorosamente la debilidad de un jefe de Estado que –tal vez temeroso por las críticas que llegarían desde Clarín y La Nación- optó por dar un paso al costado, sin haberse animado a concurrir siquiera al aeropuerto de Ezeiza para darle la bienvenida a la Scaloneta.

Así, se convirtió en el primer presidente en la historia que no puede recibir a un equipo campeón del mundo desde que existe este tipo de torneos, desde 1930.

Ayer, en medio de las gestiones contrarreloj para conseguir una foto con el plantel liderado por Lionel Messi, Fernández decidió decretar feriado con el fin de facilitar la concurrencia a la histórica celebración. Desde entonces rondó la idea de que podría haber un encuentro con el presidente, que nunca se concretó.

De todas maneras, hay que resaltar que esta celebración de ayer -que tanto rechazo generó desde el macrismo, sobre todo por el feriado nacional dispuesto por el Gobierno-, contrasta con lo que ocurría exactamente 21 años antes, cuando el desgobierno de Fernando de la Rúa –con la presencia de Patricia Bullrich- abandonaba el cargo con casi 40 muertos sobre sus espaldas, producto de la salvaje represión desatada en esos días.

Esta mañana habló el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que no se ahorró críticas al presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. No solo dijo que le importan “un carajo” los cuestionamientos que le hizo el titular de la entidad deportiva ayer por el operativo de traslado de los jugadores, sino que lo tildó de “cachivache de pacotilla”.

Asimismo, aseguró que fue él quien tomó la decisión de evacuar a los campeones del mundo en helicóptero, y deslizó que varios de los deportistas sí querían pasar por la Casa Rosada, un tema con el que se especuló desde que pisaron suelo argentino tras llegar de Doha.

En una férrea defensa del dispositivo para que el plantel de la Selección y el cuerpo técnico avancen desde la provincia hacia la ciudad de Buenos Aires -aunque no llegaron al Obelisco, que era el objetivo final-, Fernández aseguró que ya tenía desde antes preparados los helicópteros porque se imaginaba que en algún momento iban a tener que evacuar a los deportistas ya que debían estar cansados por venir “de un partido feroz” y un “viaje horrible”.

“Tomé la decisión de bajar allí y poner los helicópteros para sacar a los jugadores, que gustosamente subieron. Mientras Tapia me llamaba y me amenazaba con el primer tuit, que por supuesto me importó un carajo, nosotros ya sabíamos que [Lionel] Messi, [Rodrigo] De Paul y [Ángel] Di María estaban en el helicóptero de la Policía Federal para que si no podían verlos, pudieran saludarlos”, comentó Fernández en Radio 10.

Ayer cuando se decidió suspender la llegada en micro de los jugadores al centro porteño, donde esperaban millones de personas incluso desde la noche anterior, Tapia envió un tuit en el que agradeció al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni -de mala sintonía con Fernández-, por ser “el único que acompañó durante toda la recorrida”.

Esta mañana el ministro de Seguridad nacional ironizó con que el titular de la AFA “no es un libro abierto”, y planteó que la decisión de evacuar a los jugadores no fue porque los movilizados quisieran “hacerles daño”, sino porque “tanta gente queriendo acercarse, verlos o tocarlos, podía terminar en cualquier cosa”.

Entonces, en ese momento sostuvo, en un claro dardo hacia Tapia: “Después aparecen todos estos cachivaches de pacotilla que tratan de inventar la cuadratura del círculo, pero la realidad es que nosotros fuimos los que tomamos las decisiones”.

“Si pretende seguir él su joda, que la haga él”, le contestó Fernández a Tapia. Afirmó también que la Nación no iba a poner en riesgo la vida de los campeones y detalló: “Cada vez la aglomeración era mayor, la posibilidad de avance era nula, la noche se iba a venir”. Asimismo, insistió con que ninguno de los jugadores se quejó por suspender el avance en ómnibus y retirarse en helicóptero hasta el predio de Ezeiza.

Lanao, en su columna de opinión en Página/12, concluye en que “la Selección debió visitar a su Presidente. No al rostro presidencial, sino a la figura presidencial que la democracia representa. Esta democracia es de todos. De la Selección campeona del mundo también. Se abrió un precedente. Una vez más, volvió a ganar el odio”.

 

 

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