Consciente de que no le quedaba mucho margen de maniobra, en el arranque del segundo mes de este año electoral, Alberto Fernández decidió convocar a la conformación de una mesa política, en la que se sentarán referentes de los principales sectores que integran el Frente de Todos, sobre todo el kirchnerismo y el massismo, y así intentar poner orden en las ya agitadas filas del peronismo.
De esta manera, y en lo que bien puede ser interpretado como la respuesta a un reclamo que empezó a cobrar cada vez más volumen en las últimas semanas por parte de sectores vinculados al kirchnerismo, el presidente se anima a tender un puente de diálogo en plena conmoción por las internas con quienes son leales a la figura de Cristina Kirchner.
En el marco de esta convocatoria, se espera un fuerte debate sobre las candidaturas de cara a las elecciones, escenario donde el propio jefe de Estado tiene en sus manos la proyección de una reelección, mientras desde el ala K insisten con romper la proscripción de la vicepresidenta, y abrir el juego a que se ella misma la postulante del oficialismo.
La decisión de Alberto Fernández ocurre también después de que la mesa del PJ Bonaerense -que encabeza Máximo Kirchner- mantuviera ayer su primer encuentro del año electoral en Merlo con intendentes de municipios más importantes, y la participación del gobernador Axel Kicillof y los ministros Eduardo “Wado” de Pedro, Sergio Massa y Gabriel Katopodis.
En las últimas horas, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, había reclamado constituir “una mesa política de articulación” a nivel nacional dentro del Frente de Todos, al tiempo que reiteró que el presidente “tiene derecho a ir a la reelección”.
“No se pudo constituir un marco orgánico para el funcionamiento del Frente de Todos. Estamos hoy ante la perspectiva de un proceso electoral sin una definición de estrategia política. Falta una mesa política de articulación, que es posible y necesario hacer”, subrayó Capitanich. El mandatario provincial sostuvo que “la diversidad” de la coalición implica que existan “matices” dentro del frente, aunque consideró necesario “un acuerdo programático para converger en la unidad”.
Otro de los referentes del Frente de Todos que había reclamado una mesa de discusión fue el diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. “Todavía tenemos oportunidad para debatir e ir adelante, hemos reclamado la apertura de una mesa política, lo ha hecho Sergio Massa pero nunca pasa, nunca ocurre. Estamos a febrero de un año electoral y tenemos que explicarle a la sociedad qué es lo que sigue, porque esta ruta de vencimientos es impagable”, reclamó.
Kirchner aclaró que no pretende formar parte de la mesa política, pero remarcó que es necesaria su constitución para no enfrentar las elecciones con “un grado de distorsión tan grande respecto a la realidad política”.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Santiago Maggiotti, lanzó: “Nunca lo escuché al Presidente decir que va a ser él (…) Tiene la posibilidad, claramente puede ser, porque es el presidente. La PASO está vigente si entendemos que no tenemos una síntesis. Si existiese una PASO no creo que eso desgaste al presidente, sino todo lo contrario, porque tiene un respaldo de quienes creemos que el Frente de Todos tiene que seguir siendo Gobierno. Él es un hombre del proyecto, no es un individualista”, dijo.
La frase de Maggiotti, una de las espadas mediáticas autorizadas del albertismo, confirma que la posibilidad de competir por su reelección es la condición que, hoy por hoy, pone el presidente para discutir, en una mesa política nacional como la que reclama el cristinismo, el futuro electoral del Frente de Todos.