La feroz interna que viene escalando en Juntos por el Cambio, parecería no tener techo. Tanto es así, que el alto voltaje de diferencias que se acumulan desde hace tiempo, en las últimas horas derivaron en un cruce de duros insultos entre el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la titular del PRO, Patricia Bullrich.
Fue de manera virtual, a través de un Zoom, con la presencia de Mauricio Macri, quien se conectó desde el lujoso country patagónico de Cumelén, ya que el objetivo era explorar una estrategia electoral ante la escalada de conflictos en el esquema de la alianza opositora en aquellas provincias que desdoblaron las elecciones.
En otras palabras, esa cumbre se convirtió en el campo de batalla de una nueva pelea entre dos de las principales figuras del PRO, quienes no consiguieron encontrar una salida al conflicto que atraviesa Cambia Mendoza, la expresión local de Juntos por el Cambio, que está al borde de romperse por la feroz interna entre los candidatos a gobernador Alfredo Cornejo (UCR) y Omar de Marchi (PRO), aliado de Larreta, quien amenaza con disputarle a Cornejo y Rodolfo Suárez el control de la provincia.
“Fue una guerra, innecesario. No vale la pena”, comentó, con preocupación, uno de los asistentes apenas se desconectó. Macri intervino en el debate, pero prefirió no tomar partido o inclinarse por alguno de los candidatos.
Es que De Marchi amaga con competir por afuera del frente Cambia Mendoza con el argumento de que el frente opositor carece de institucionalidad en esa provincia. Con Cornejo a la cabeza, quien decidió competir por la sucesión de Suarez, el radicalismo acusa al dirigente de Pro de intentar quebrar a alianza y ser funcional al peronismo.
Desde que estalló el conflicto hace un par de semanas, Patricia Bullrich, socia estrecha de Cornejo, se puso al frente de la cruzada para evitar una ruptura en Mendoza. Entiende que esa pulseada local en uno de los bastiones de JxC puede dañar a la coalición opositora a nivel nacional. Sus laderos sospechan que Larreta tejió en las sombras para dañar a Cornejo y esmerilar su proyecto presidencial. Hoy, esa pelea subterránea con el jefe porteño se cristalizó en el encuentro virtual de los jefes de Pro.
Con Macri como espectador, la ex ministra de Seguridad ratificó su postura y enfrentó a Larreta: acusó a De Marchi de instalar un clima de ruptura en Mendoza, que podría tener consecuencias a nivel nacional. El argumento es que en esa provincia hay PASO, por lo que el aliado de Larreta no tiene excusas para no usar ese mecanismo.
Los antecedentes de Río Negro y Neuquén, donde JxC se dividió y no se cumplió el reglamento interno de la mesa nacional para definir las candidaturas, complican el armado en Mendoza y Tucumán, entre otros distritos. Ayer, los jefes de Pro también pusieron la lupa en Córdoba, donde todavía no hubo acuerdo.
El tono de la discusión –en la que no faltaron insultos- iba subiendo a medida que pasaban los minutos y, como no lo lograban llegar a un acuerdo, Bullrich propuso una votación. Estaba confiada de que su postura se impondría. Los larretistas sugirieron que no les parecía adecuado tomar una determinación sin volver a consultar a De Marchi.
“No nos podemos comprar la ansiedad de los radicales. Es una trampa”, esgrimieron. Insistieron en que el PRO debía respetar la autonomía de las autoridades provinciales, e intervenir cuando falten quince días para el cierre de listas en caso de que no haya una tregua.
Finalmente, los jefes de PRO decidieron que Macchiavelli y Federico Angelini, los representantes del partido en el comité que diseñó JxC para resolver los armados en las provincias, irán a persuadir a De Marchi para buscar una solución. Bullrich remarcó que había que definir entre 21 y el 25 de febrero, antes del Día D, por el cierre de listas en siete distritos. “Piensan que con esto dañan a Patricia, pero están poniendo en riesgo el armado nacional”, afirman cerca de la titular del PRO.
En el entorno de Larreta desestiman esos reclamos. De hecho, De Marchi argumenta que las elecciones en Mendoza son desdobladas, por lo cual una eventual ruptura no afectará al frente nacional de JxC. En las filas del larretismo insisten en que privilegian la pertenencia de PRO al conglomerado opositor, pero consideran que JxC no está constituido en la provincia gobernada por Suárez, ya que PRO, la CC y el Partido Demócrata no integran el frente Cambia Mendoza.
Larreta y sus laderos no quieren quedar como promotores de un quiebre, pero consideran que Bullrich dejó de actuar como titular del partido, y mueve las fichas y teje alianzas en el interior con el sello del PRO, pero con un único objetivo: fortalecer su candidatura. Es decir, creen que antepone su proyecto presidencial a los intereses del partido.
Por su parte, la teoría del ala “halcón” del PRO es que Larreta busca mantener en pie la postulación de De Marchi para “golpear el proyecto presidencialista de Bullrich”, por lo que Cornejo pasó a jugar por la gobernación y se bajó de la pelea nacional, “desgastar” al radical en esta puja interna y “posicionar a su armador” como principal opositor interno de la alianza.