En su reciente libro sobre el Gato Barbieri, Sergio Pujol destaca que el músico rosarino fue sin lugar el de mayor reconocimiento mundial dentro de un género cómo es jazz. Luego aclara que esa popularidad de principios de los setenta hoy está un poco olvidada en las nuevas generaciones de oyentes.
Sin hacer comparaciones, el pianista Leo Genovese se ha convertido, por mérito propio, en el músico argentino que triunfa en los Estados Unidos y uno de los más buscados para participar en distintas grabaciones. Mencionar que hace unos meses ganó un Grammy por su solo improvisado junto a Wayne Shorter. Ha tocado con todos y seguirá tocando: Esperanza Spalding, Herbie Hancock, Dave Leibman, Terri Lyne Carrington e incluso músicos que van más allá del jazz cómo Residente.
En la Argentina sorprendieron los dos discos en trio de “Sin Tiempo” junto a Mariano Otero y Sergio Verdinelli. Por estas horas acaba de aparecer Estrellero, un disco en trío grabado en Portugal junto a Demian Cabaud y Marcos Cavaleiro.
Un grabación estupenda –que bien le cae los tríos de jazz- donde el grupo pone toda la energía al tocar. Según Genovese un “estrellero” es un caballo que nunca puede ser completamente entrenado e, incluso cuando está enjaezado, continúa alejándose, típicamente mirando hacia las estrellas. Los músicos encontraron en esto una metáfora perfecta para su viaje musical, siempre atados a las reglas de la música pero tratando de mirar más allá y correr hacia adelante.
Lo más interesante de Genovese es que no se encierra en un solo estilo, los transita todos. Acostumbra a decir, que le gusta un jazz popular, no tanto de elite, de allí que se lo ve habitualmente recorriendo clubes de jazz en Brooklyn donde tocan músicos sin cobrar la entrada, a la gorra, y donde el músico argentino se siente identificado.
A no perderse Estrellero.