Crimen de Morena: la locura de sacar rédito político transforma a los “halcones” en “caranchos”

El crimen de Morena Domínguez, la niña de 11 años que murió ayer tras el robo que sufrió a manos de dos motochorros en la ciudad de Lanús, transparentó, una vez más, que desde la derecha no hay límites a la hora de intentar sacar rédito político hasta del más aberrante de los hechos, como sin lugar a dudas lo fue la trágica muerte de la menor.

Como no podría ser de otra manera, el tristemente célebre “caranchismo” estuvo a la orden del día, y quienes se llenan la boca hablando sobre la seguridad, apuntaron todos los cañones contra el gobierno de Axel Kicillof, para buscar el menor impacto posible que pudiera afectar a Néstor Grindetti, intendente de Lanús y precandidato a gobernador bonaerense.

En medio del impacto que produjo el suceso, y que obligó a suspender todos los actos de cierre de campaña, Juan Grabois denunció que “la zona estaba liberada” por la policía, y que la ambulancia municipal demoró alrededor de 40 minutos. “Como afirmó el director del Hospital Evita, la muerte podría haberse evitado si los tiempos hubieran sido otros”, sostuvo. 

“La respuesta de los representantes políticos de la Municipalidad de Lanús, lejos de asumir sus responsabilidades y actuar en consecuencia, fue pasearse por los medios y comunicar a las redacciones de los principales portales noticias falsas, señalando personas que no participaron del hecho”, agregó, en referencia a la desmentida confesión de un adolescente de 14 años sobre la autoría del crimen, y al presunto vínculo de éste con la diputada nacional e integrante del Movimiento de Trabajadores Excluídos (MTE), Natalia Zaracho.  

“La desvergüenza fue tal que el propio intendente municipal llamó personalmente a las redacciones de los principales portales para señalar a la diputada cartonera Zaracho, compañera de trabajo del padre de la niña, para buscar un chivo expiatorio frente al repudio generalizado de los vecinos de la zona contra el intendente interino Diego Kravetz”, sentenció Grabois, al tiempo que confirmó que los autores del crimen, mayores de edad, fueron identificados y detenidos.

Es que, tras la detención del primero de los sospechosos por el crimen, circuló la versión de que el detenido, de 14 años, era el mismo adolescente que había sido defendido de la Policía por la diputada Zaracho en febrero de este año, pero se trató de una brutal operación armada desde el propio municipio.

Y durante horas circuló la versión de que aquel menor defendido por Zaracho sería el mismo que fue detenido por el crimen de la niña de 11 años.

“Lamento profundamente la muerte de Morena y abrazo fuerte a su familia. Exigimos justicia y que los responsables materiales y políticos se hagan cargo de lo que les toca”, escribió Zaracho en Twitter. “Es de cobardes hacer operaciones para desviar responsabilidades en un momento tan delicado”.

Además, aprovechó para referirse a la situación que se dio en febrero. “Si hace falta aclararlo, en el hecho que intentan relacionar insólitamente con este, yo no intervine nunca en el trabajo de la policía ni en ninguna detención, solo me interpuse ante el abuso policial de pegarle entre cuatro a alguien que ya había sido detenido”.

En tanto, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, tuvo que salir a desmentir que el culpable era un menor de 14 años, y que los culpables eran “dos mayores” de edad, ambos con antecedentes penales. “Estábamos buscando al que estaba prófugo, lo detuvimos, hablé con la fiscal y me autorizó a hablar”, dijo.

Pero, más allá de la desmentida, la oposición ya había logrado instalar en los medios de comunicación un tema recurrente en su agenda: la presión para bajar la edad de imputabilidad.

De esta manera, las recetas de mano dura estuvieron a la orden del día, así como los llamados a bajar la edad de imputabilidad, que vinieron de la mano de la noticia falsa, pero le sirvió a muchos dirigentes opositores para hacer campaña con la baja de edad.

Quien intentó sacar tajada de tan trágico hecho fue Patricia Bullrich, que justamente iba a cerrar en Lanús su campaña junto a su candidato a gobernador Grindetti. “Transformaron a la Argentina en un país invivible”, afirmó.

Como si eso no le hubiera bastado, la ex ministra de Seguridad insistió en su “caranchismo” con la muerte de Morena, al comparar la muerte de la niña con el caso de “gatillo fácil” de Blas Correa. “Hoy los argentinos estamos conmovidos por el asesinato de Morena, una chica de 11 años que a las 7 de la mañana iba al colegio con su mochila. La asesinaron, así como asesinaron a Agustín en el festival de La Doma, como a Blas Correa, como a Joaquín Sperarni; todos chicos”, enumeró en una conferencia de prensa en Córdoba.

Y anunció que, en caso de ser electa presidenta, enviará al Congreso el proyecto de baja de la ley de imputabilidad y volverá a instalar el Servicio Cívico Voluntarios en Valores que se había impulsado durante el gobierno de Mauricio Macri.

Tanto Grindetti como su secretario de Seguridad (y candidato a intendente) Diego Kravetz salieron en el mismo tono de comentaristas de lo que ocurre en su distrito. Este último, incluso, se permitió recordar que hace un mes había detenido a un “motochorro con sus propias manos”. “A ver muchachos si entendemos por donde viene la realidad”, consideró Kravetz.

Del sector de Bullrich, también salió Ricardo López Murphy, quien dio por cierto que el autor era menor de edad (cuando no estaba comprobado) y escribió: “Hoy el abolicionismo cómplice le costó la vida a Morena de 11 años. La delincuencia y los detractores de la baja de edad de imputabilidad le robaron el futuro a una criatura camino al colegio. Quiero a los ASESINOS PRESOS, tengan la edad que tengan”, afirmó, con lo que repitió una noticia falsa.

El que no tuvo ningún prurito en la utilización política fue Milei. Sostuvo que la muerte de la niña “tiene un responsable muy claro: una clase política que hace décadas defiende un modelo de empobrecimiento y zaffaronismo que genera delincuentes sin ningún respeto por la vida”.

Se sumó su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, que culpó a “los políticos que decidieron estar del lado de los delincuentes. ¡Cómplices!”.

La diputada negacionista se subió a otra noticia falsa, para involucrar a Zaracho con el caso, y en un tuit que no borró, a pesar de haber quedado desmentido por la realidad, sostuvo: “La Diputada Zaracho le debe explicaciones a la familia de Morena. Reprimir el delito y detener delincuentes NO ES UNA VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS. Lo que es una violación a los DDHH es que el Estado NO HAGA NADA para garantizar la Vida, la Libertad y los bienes de los ciudadanos.  Zaracho debe responder por ser cómplice de un delincuente. Zaracho RESPONSABLE”.

Por su parte, José Luis Espert repitió más recetas de mano dura. “No se aguanta más. Delito de adulto, pena de adulto”, escribió, con lo que se subió también a la noticia falsa.

Horacio Rodríguez Larreta, en cambio, se limitó a escribir: “No hay palabras para tanto dolor. Mis condolencias a la familia de Morena y sus seres queridos. Necesitamos justicia. Voy a acompañarlos para exigirla.”

Como lamentable síntesis de lo que ocurrió en las últimas horas, volvieron a aparecer los discursos en contra del “abolicionismo”, del “zaffaronismo” y a favor de la mano dura. Es que con el video de una supuesta detención de un menor, se volvió a instalar la necesidad de bajar la edad de imputabilidad.

Y de esa manera, apoyándose en una fake-news, aprovecharon para envalentonar a todos aquellos que basaron su campaña en el odio, en la bronca y en el hartazgo frente al funcionamiento del sistema. Así, el próximo domingo se verá si los que hicieron campaña con el dolor de una familia tuvieron éxito o si, por el contrario, fracasaron.

Sin lugar a dudas, el crimen de Morena en Lanús también modificó la agenda y, por ende, la campaña. La pregunta, por estas horas, es cómo continuará la situación el día después de las PASO, y ver cómo estos acontecimientos se reflejarán, o no, el domingo en las urnas.