Días atrás, Osvaldo Papaleo, un militante histórico del peronismo contaba que hoy es más importante el encargado de entregar la pulserita en un acto del peronismo o el tipo que se sienta en la silla para cuidarle el lugar al funcionario que él militante. Papaleo agregaba la experiencia con Antonio Cafiero y las caravanas en el gran Buenos aires que le permitió ganar la provincia en 1987 contra todo el aparato del alfonsinismo.
Más allá de algunos actos cómo el de Sergio Massa en Tucumán con todos los gobernadores, hay que volver a una dinamita típica del peronismo: recorrer los barrios, hablar con el vecino. Hay que olvidarse de los medios hegemónicos que solo atacarán una y otra vez las propuestas de Unión por la Patria. Hoy es muy difícil recomponer la distribución del ingreso que bajo del 51,8% con Cristina a un 44,9% con el Frente de Todos. Artemio López no niega el avance de la derecha y los nuevos paradigmas pero señala que “el cambio de voto de las amplias mayorías populares hay que buscarla en lo que implicó no cumplir con el contrato electoral de 2019”.
Insisto, hay que olvidarse de lo que dice TN o LN+ y un ejemplo claro es el mismo Javier Milei que durante los últimos meses lo intentaron destruir y finalmente ganó las PASO. El candidato libertario utilizó en esta campaña Tik Tok y tuvo un crecimiento exponencial, especialmente en los jóvenes. Más de 1.4 millones de seguidores, por encima de los 41.3 mil de Massa y los 213.6 mil de Bullrich.
A escasos 40 días de las elecciones generales de octubre, el peronismo no tiene posibilidades de remontar sus ideas en las redes sociales. Es una batalla perdida cómo tampoco hay que perder tiempo en los medios hegemónicos. Sergio Massa debe hacer los anuncios desde el ministerio de Economía, y la militancia debe salir a caminar los barrios, explicar que las propuestas de la oposición son todas en contra de los más humildes. Decir que el transporte público costara 1000 pesos sin subsidios, que será imposible pagar la luz y el gas, que los jubilados no tendrán más el programa Remediar y deberán pagar los remedios, que la salud y la educación pública funcionaran cada vez peor.
No tenemos redes sociales, no tenemos medios de comunicación, nos queda la cercanía, la palabra y las caravanas por el gran Buenos Aires.