El Congreso será uno de los pocos bastiones de resistencia del peronismo a partir del próximo 10 de diciembre: mantendrá la primera minoría tanto en el Senado como en Diputados y, con ese poder de fuego, buscará condicionar la sanción de las leyes clave de la nueva gestión de Javier Milei.
Ese es el peligro que advierten en el macrismo, por ahora aliados incondicionales del flamante presidente electo, que ya tienen en mente una estrategia para neutralizar los posibles embates.
Durante la reciente reunión con Alberto Fernández en la Quinta de Olivos, Milei le habría adelantado que el elegido para ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados será Florencio Randazzo, ex candidato a vicepresidente del gobernador cordobés Juan Schiaretti.
De confirmarse el ofrecimiento -en el entorno del legislador señalan que todavía no le llegó la propuesta formal-, Milei estaría demostrando una vocación por ampliar el círculo de alianzas más allá del que ofrecen Mauricio Macri, Patricia Bullrich y el ala dura de Pro, que impulsaban para ese cargo estratégico a Cristian Ritondo, actual jefe de bloque de Pro.
Mientras tanto, en las últimas horas el legislador porteño y diputado nacional electo por La Libertad Avanza (LLA), Oscar Zago, adelantó que el partido también quiere discutir la presidencia de Diputados: “Se va a resolver cuando mañana nos juntemos con los distintos bloques, como se hace siempre” señaló.
“Yo por supuesto que prefiero a alguien de La Libertad Avanza para presidir la Cámara y estoy para presidir, soy uno de los que siempre expresé que veníamos trabajando con el presidente para eso”, remarcó.
En tanto, en sus primeras declaraciones periodísticas tras el triunfo electoral del domingo pasado, Milei exaltó la figura de Randazzo, a quien destacó como una “persona honesta” con quien hace tiempo “viene trabajando”. En efecto, el diputado peronista -quien hoy integra las filas del interbloque Federal- ha mantenido en las últimas semanas diálogos fluidos con Guillermo Francos -el ministro del Interior del nuevo gabinete-, Diana Mondino -futura canciller- y el propio Milei.
Si bien la opción Randazzo es la que más entusiasma al presidente electo, hay una dificultad para que sea el elegido: Unión por la Patria no lo ve con buenos ojos y podría hacer uso de sus votos para vetarlo en la sesión de ratificación de autoridades. Es que todavía sobrevuelan en el peronismo los ecos de “la traición” de Randazzo en 2015 y 2017.
Por otra parte, si no fuera Ritondo, la opción de Miguel Pichetto es la que menos le desagrada a Macri, ya que el ex senador y compañero de fórmula del 2019 está afuera de su radio de rencor, que sí alcanza a muchos integrantes de su frente.
“Todavía no hay una propuesta formal, pero, de confirmarse, revelaría que Milei exhibe un gesto de apertura hacia el sector del peronismo más dialoguista y razonable. Eso sería clave para la gobernabilidad futura. En cambio, si eligiese a un hombre del macrismo para manejar la Cámara de Diputados, nada menos que el cuarto lugar en la línea de sucesión, el cogobierno con el Pro sería un hecho y Milei sería visto como un alfil de Macri”, razonan en el interbloque Federal.
Mientras Milei mantiene el misterio, Ritondo ya se mueve como su principal lugarteniente. Para él, resulta crucial cómo evitar que el peronismo kirchnerista continúe dominando los principales resortes de la Cámara –entre ellos las comisiones claves- por ser la primera minoría.
El problema no es menor y debe ser resuelto antes del 10 de diciembre: Milei anticipó que ni bien asuma impulsará medidas de shock económico, algunas de las cuales se traducirán en proyectos de ley que requerirán aval parlamentario inmediato. En el macrismo admiten que si el nuevo oficialismo no logra hegemonizar las comisiones más importantes –entre ellas la de Presupuesto y Hacienda-, las iniciativas no podtrán avanzar, con el desgaste político que eso conlleva para un gobierno de fragilidad parlamentaria.
El atajo de apelar a decretos de necesidad y urgencia (DNU) tampoco será posible si el peronismo kirchnerista mantiene el dominio sobre la estratégica Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, a cargo de dictaminar sobre estas medidas excepcionales. Lo mismo ocurriría si el nuevo gobierno pretende cubrir cargos vacantes en la Corte Suprema, la Procuración General o en distintos tribunales federales, por lo que advierten que mientras la Comisión de Acuerdos del Senado siga en manos del kirchnerismo los esfuerzos serán inútiles.
Para hacer frente a ese panorama, en la alianza libertario-macrista saben que deben superar en cantidad de integrantes a Unión por la Patria para arrebatarle el título de primera minoría. En la Cámara de Diputados este nuevo espacio de derecha reuniría entre 85 y 90 diputados con la renovación parlamentaria; por lo tanto, debería sumar entre 15 y 20 aliados, como mínimo, para sobrepasar en número a los 105 integrantes que tendrá UxP.
“Podríamos articular una ‘mayoría de contingencia’ que se articularía al solo efecto de conformar las comisiones y evitar que la oposición peronista las controle con su primera minoría –explican en el macrismo-. Esto nos permitiría avanzar con los dictámenes más urgentes y llevarlos al recinto. Después, que cada bloque los vote como le parezca. Si las acompañan, mejor.”
En el macrismo hacen cuentas: el radicalismo, con 25 diputados, serían los primeros en ser convocados. Pero ahí persiste cierto resentimiento por el maltrato recibido por parte de Milei durante la campaña, por lo que es mínimo el número de legisladores que podrían sumarse al nuevo espacio oficialista.
El hecho es que, en una auténtica carrera contrarreloj, la elección del presidente de la Cámara baja se deberá resolver antes del 7 de diciembre, fecha en la que los 130 diputados electos darán su jura, y se elegirá a las nuevas autoridades del cuerpo.