Sergio Massa supo que la elección estaba perdida el jueves anterior al balotaje del 19 de noviembre. “Estamos cocinados”, dijeron en su equipo con la última medición antes de la veda electoral. El boca de urna de las 11 de la mañana del domingo le confirmó lo que temía: Javier Milei iba a ser electo presidente por amplio margen.
Así lo revela hoy el portal LaPolítcaOnline, en el que se señala que luego del triunfo en las generales, en el entorno del ministro de Economía esperaban continuar en la senda del crecimiento sostenido que había tenido Massa desde el día después de las primarias.
El candidato de Unión por la Patria, que había sacado 21 puntos en agosto, trepó a 37 en las generales, pero la tendencia se derrumbó pocos días después de las generales, cuando desapareció la nafta en las estaciones de servicio, en un conflicto que pegó de lleno en la sociedad y se prolongó por varios días.
En Economía calculan que ahí no sólo se detuvo el crecimiento de Massa, sino que perdió no menos de cuatro puntos por el lockout petrolero. En el ministerio apuntan a la “operación” de las principales petroleras, y de un gerente de YPF.
De todas maneras, considera que perdió por un cúmulo de motivos. Entre ellos, la difícil situación económica, la unidad de Milei, Patricia Bullrich y Juan Schiaretti contra su candidatura, el enojo de la sociedad con la política, la sequía de este año y la frustración que está enquistada en muchos sectores de la población.
Con el diario del lunes, en el massismo creen que deberían haber gastado toda la pólvora en octubre, cuando la división de la oposición propició que Massa quedara a sólo tres puntos de ganar en primera vuelta.
“Hay cosas que hicimos para la segunda vuelta que tendríamos que haber hecho en los últimos 10 días antes de las generales”, dicen en el entorno de Massa, acaso en referencia a la campaña feroz contra Milei, un blanco inexistente para el peronismo hasta que lo tuvieron que enfrentar mano a mano.
En tono de autocrítica, en el massismo admiten que no supieron contarle a la gente el daño que le hizo la sequía a la macroeconomía. No tuvieron tractorazos en contra y el presidente de la Sociedad Rural pidió votar la “unidad nacional”, pero el impacto social estuvo signado por 20 mil millones de dólares menos de la cosecha.
Más allá de estas razones, en el massismo reconocen el fenómeno histórico que representó Milei para la política. “No puso un afiche en la calle y nos mató, contra eso no se puede hacer nada”, admiten. En ese sentido creen que se encontraron con el límite de la frustración de la sociedad con los políticos tradicionales.
En el entorno de Massa creen que se vivió un proceso social de cambio de demanda en la política que Milei supo capitalizar como nadie en la historia democrática.
“Yo no me retiro de la política”, le confesó el ministro a sus íntimos en esta semana que se termina, donde los funcionarios descuelgan los cuadros, guardan los portarretratos y ordenan los papeles de la gestión. El final anunciado que se aproxima. Su anuncio de “fin de ciclo” el día que perdió el balotaje había dejado flotando en el aire la idea de que se iba a alejar de la política. No es así. Aunque lo cierto es que no tiene pensado tener un gran protagonismo en el corto plazo.
Va a aportar ideas, va a contribuir en la reformulación de la agenda política y económica del peronismo, pero no va a buscar con inmediatez aferrarse al liderazgo que tuvo durante los últimos cinco meses de campaña. En el oficialismo hay varios dirigentes que creen que Massa solo tiene que dejar pasar el tiempo para que se reacomode el tablero y después volver al ruedo. No hay demasiados nombres propios que aparezcan como opción para liderar el nuevo proceso político.
1 comentario
no la derrota la obtubo cristina por no ponerse lsa campania al hombro