El gobierno finalmente se dignó a dar nuevamente un bono de 70.000 pesos para las jubilaciones mínimas que con el miserable aumento del 4,2% habían llegado a 215.622 pesos, por lo cual ahora llegarán a 285.622 pesos. Una miseria en comparación a los aumentos de alimentos durante la gestión del presidente Milei.
El presidente había adelantado el viernes que este mes ya no habría bono al que consideraba “discrecional”. “Solo habrá bonos en función de cómo viene la situación y cómo vienen los números fiscales. No vamos a mentirle a la gente dándole cosas que no hay. Eso terminaba siendo emisión monetaria”, había adelantado el presidente.
Según se publica en el Boletín Oficial, en julio se otorgará “un bono extraordinario previsional” por lo cual los jubilados de la mínima; de $ 215.623 en julio. Luego los jubilados que cobren menos de $ 285.623 (mínima más bono) cobrarán un proporcional hasta alcanzar esta cifra. También lo harán los beneficiarios de la PUAM (Pensión Universal para el Adulto Mayor) y los beneficiarios de pensiones no contributivas por vejez, invalidez, madres de siete hijos o más y demás pensiones no contributivas y pensiones graciables.
Según el Centro de Economía Política (CEPA), el recorte en las jubilaciones aportó un 31,5 por ciento del ajuste total del gasto de los primeros meses del gobierno libertario.
En Diputados, los legisladores aprobaron una pequeña recomposición que ahora analizará el Senado. El presidente los trató de “degenerados fiscales” por querer mejorar la situación de los abuelos, cuando el costo es de solo 0,4 por ciento del PBI. En cambio, con la reducción de Bienes personales, el gobierno perdió el 0,7 por ciento. Una cosa es ayudar a los abuelos y otra ayudar a los ricos.