La recesión y la marcada caída del consumo generaron la pérdida de casi 140 mil empleos en lo que va del año. Sin embargo, el Gobierno pone el pie en el acelerador, y lejos de plantear soluciones en el terreno laboral, proyecta despedir a otros 15 mil empleados estatales en los próximos meses, exacerbando las sombrías perspectivas laborales.
Es sabido que, en los últimos meses, numerosas empresas, especialmente en sectores como el siderúrgico, la construcción y las automotrices, ya aplican suspensiones en lugar de contratar personal nuevo.
Sin lugar a dudas, esta cifra contrasta con el relato de la administración de Javier Milei, que destaca que a partir de que se desaceleró la inflación empezó a recuperarse, levemente, el poder adquisitivo.
Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el sector privado registró alrededor de 115 mil despidos. En el ámbito estatal, hasta abril se perdieron unos 25 mil puestos, con estimaciones privadas, indicando una cifra similar entre mayo y junio debido a la no renovación de contratos.
El presidente Javier Milei anunció la posibilidad de otros 15 mil despidos en los próximos meses como parte de las medidas de ajuste.
Las empleadas domésticas han sido particularmente afectadas por la reducción de gastos en muchos hogares, mientras que el empleo en negro parece haber crecido, aumentando la vulnerabilidad laboral.
El desempleo -según el INDEC- alcanzó el 7,7% en el primer trimestre del año, y se estima que creció hasta cerca del 9% en el segundo trimestre, según proyecciones privadas. Se estima que hay casi 1,8 millones de desocupados, cifra que podría elevarse a 2 millones si se consideran las zonas no relevadas por el INDEC.
A pesar de que la inflación ha comenzado a desacelerarse, el impacto del ajuste y la inflación en los primeros meses ha retrasado cualquier mejora significativa en el consumo.