Superados los ocho meses de gestión, el presidente Javier Milei perdió el apoyo del 11% de sus votantes en el balotaje y crecen las dudas en el resto, especialmente entre sus votantes más “moderados”.
Sólo un 22% del electorado -el 45% de quienes eligieron a Milei en segunda vuelta- se ubica entre los “entusiastas”, quienes se muestran de acuerdo con todas las políticas del Gobierno y, en algunos casos, lo militan. Entre estos entusiastas ganan terreno los hombres de más edad y de pensamiento conservador, mientras que los más jóvenes de ideología neoliberal comenzaron la retirada. Todo esto se da en un marco de una división profunda de la sociedad, con dos partes con porcentajes parecidos que tienen miradas opuestas en casi todo.
Los datos surgen de un sondeo realizado en dos etapas -tanto en encuesta como en un panel de conversación- por el equipo de investigación en ciencias sociales (SocPol) de la Universidad Nacional de Quilmes y que hoy publica el sitio El Destape.
De acuerdo a las respuestas obtenidas, dividieron a los votantes de Milei en el balotaje en tres grupos: los entusiastas -el 45%-, los moderados -44%-, quienes coinciden con el rumbo de la gestión, pero no acuerdan con varias medidas y, por último, los críticos (11%), que valoran negativamente la gestión libertaria.
“Identificamos matices muy interesantes en las posiciones de los votantes de Milei, que podrían estar dando cuenta de una pérdida progresiva de apoyo a sus ideas, aunque no tanto al gobierno”, sostiene el trabajo del equipo que encabeza Javier Balsa, docente de la UNQ e investigador del Conicet.
Entre los votantes de La Libertad Avanza las mujeres se muestran más críticas -15% contra el 8% de los varones- y menos entusiasmadas -37% contra el 52%-. A ese espíritu preponderantemente masculino se le agregaba en el origen del armado libertario un componente juvenil. Los primeros difusores en las redes de la propuesta de Milei fueron los hombres jóvenes, principalmente trabajadores cuentapropistas. En el trabajo de la UNQ surge que ahora los varones que apoyan no son los más jóvenes sino el segmento que se ubica entre los 45 y los 59 años, donde el nivel de entusiasmo escala hasta casi el 70% de los encuestados.
Balsa plantea que el voto de 2023 no fue un voto “bronca” como reacción a la gestión del Frente de Todos, sino que se trató de una elección racional a partir de una inclinación ideológica con las ideas del neoliberalismo, instaladas eficientemente por las usinas comunicacionales primero del PRO y luego de LLA. Pero que ahora, a partir de la deficiente gestión en curso, ese componente neoliberal bajó en tanto que subió el conservadurismo.
Un 68% de los apoyos a Milei fueron catalogados de ideas muy o moderadamente conservadoras. En conclusión, los principales apoyos de Milei pasaron de ser hombres jóvenes con ideas neoliberales a hombres de mediana edad con pensamiento conservador.
Para estos entusiastas, el rasgo más destacable de Milei como presidente es su “valentía” -un 52%- y, en segundo lugar, aparece su “sinceridad” y una supuesta aplicación al “trabajo”, ambas con un 22%. En tanto, apenas un 4% de ellos lo ve “agresivo”. La percepción es exactamente contraria a la de aquellos ex electores que ahora se ubican en el sector de los críticos: ellos lo consideran preponderantemente “agresivo” -41%- y “manipulador” -20%-. Miradas muy diferentes dentro del mismo espectro de aquel 55,6% que lo eligió en la segunda vuelta de noviembre del año pasado.
Se mantiene inalterable el marco de una profunda división de la sociedad: donde unos ven todo bien, los otros ven todo mal. Un 84% de quienes votaron a Sergio Massa en el balotaje no encuentran nada positivo en la gestión de gobierno, otro 13% tiene una mirada negativa, pero rescata algunas cosas y apenas un 4% tiene una percepción positiva, aunque crítica.
Las expectativas de unos y otros son muy diferentes. Para los votantes de Milei alcanzaría con que esta gestión baje la inflación, aunque eso signifique que siga habiendo mucha pobreza y desocupación -43%-, en tanto que otra porción importante -33%- se conformaría con que el Gobierno termine con los planes sociales “que fomentan la vagancia” y con los “curros” de los derechos humanos y el feminismo.
Sólo un 24% de quienes votaron a La Libertad Avanza consideraron que para que la administración sea un éxito debería bajar también la desocupación y la pobreza junto con la inflación. Esta opción -la última en la torta libertaria- es casi la única aceptable para los votantes de Massa, que la eligieron en un 96%.
Un dato a tener en cuenta es la desmovilización. Pese al rechazo abrumador que muestran por el rumbo gestión libertaria, los votantes de Massa en el balotaje no tienen en sus planes salir a protestar. “No va a servir de nada”, fue la resignada respuesta que más se repitió. Un 90% dijo que no participó de ninguna movilización, ni cacerolazo, ni acción de protesta contra el gobierno de Milei, un 7% que protestó muy poco y apenas un 3% comentó que estuvo activo en las movilizaciones.