La exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó ayer un fuerte reclamo al presidente Javier Milei, instándolo a que “deje de lado a Milton Friedman, deje la escuela austríaca y tome el manual argentino”. Sugirió que el mandatario debería dedicarse a gobernar con una visión más enfocada en la realidad nacional.
A continuación, la expresidenta recordó a los empresarios que aplauden a Milei, quien les anuncia que los va a fundir uno por uno. A partir de la frase de Cristina es bueno recordar a Arturo Jauretche cuando habla de nuestros industriales, todos vendepatrias, que poco les interesa invertir. En El medio pelo en la sociedad argentina, Jauretche relata cómo nuestros industriales, en vez de invertir en sus fábricas, prefieren comprarse un campo con vacas y hacerse socios de la Sociedad Rural.
Con ironía, Jauretche señala: “No puedo imaginarme a Rockefeller o a Ford haciéndose perdonar el petróleo y los automóviles por los granjeros norteamericanos. Allá, hasta un ganadero tejano que encuentra petróleo en su campo no dejará las botas ni el sombrero aludo; por el contrario, los lustrará para que brillen más y les ensanchará el ala. Pero se comportará como un hombre de negocios, como un burgués con toda la barba y, si imita, imitará a la gente de Wall Street”.