En una reciente encuesta de Tendencias, realizada con más de 10.000 casos, un 90% de los votantes de Milei se declaran felices con su elección. En contraste, el 54% de los votantes de Unión por la Patria están disconformes con el rol del peronismo en la oposición. Para añadir más complejidad, el 58% de la población agradece al gobierno por haber controlado la inflación.
Mientras el gobierno libertario se fortalece, a pesar de sus políticas crueles para la mayoría de los argentinos, el peronismo sigue enfrascado en internas que lo alejan cada vez más de un posible triunfo electoral en el próximo año. Aunque Cristina Kirchner ha asumido la presidencia del PJ Nacional y se mantiene activa con actos en la provincia de Buenos Aires, Santiago del Estero, y recientemente en Rosario, los enfrentamientos entre La Cámpora y el gobernador Axel Kicillof persisten.
El conflicto es evidente, con duros cruces como el de los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mayra Mendoza (Quilmes), lo que ha llevado a sectores de La Cámpora a criticar abiertamente al gobernador. Desde el Instituto Patria trasciende que la expresidenta está muy molesta con Kicillof, a quien, sin nombrarlo, habría calificado como “desagradecido”. Mientras algunos sectores cercanos a La Cámpora aprovechan para atacarlo, otros intentan tender puentes y alcanzar un acuerdo de cara al próximo año para enfrentar al presidente Milei.
Por ahora, no se vislumbra un consenso. Kicillof mantiene su postura de no “pelearse” con Cristina, pero insiste en tener voz y voto en la confección de las listas para el próximo año. Según versiones no confirmadas, habría habido un encuentro entre Cristina, Axel, Sergio Massa y Máximo Kirchner para buscar una tregua en la interna peronista, que no ayuda a construir una oposición fuerte. Entre las posibilidades planteadas estaría la conformación de una mesa tripartita con dos representantes por sector, pero estas ideas, por ahora, son solo conjeturas. En el entorno de Kicillof afirman que la confección de la boleta provincial será responsabilidad exclusiva del gobernador, mientras que en el Instituto Patria sostienen que, si Cristina es candidata, ella decidirá todas las listas.
Más allá de las internas en la provincia de Buenos Aires, tampoco hubo una foto reciente entre Cristina y Ricardo Quintela, y muchos gobernadores mantienen silencio respecto al sector del cristinismo. Aunque el gobernador riojano respaldó rápidamente a Cristina tras un fallo judicial adverso, las heridas no parecen haber sanado. Gobernadores como los de Tucumán, Catamarca, Misiones y Salta siguen gestionando sus propios acuerdos con la Casa Rosada. Por otro lado, en la visita reciente de Cristina a Rosario, solo recibió apoyo del sector liderado por Agustín Rossi, mientras que el grupo vinculado a Omar Perotti optó por el silencio.
El peronismo debe dejar de lado las internas y centrarse en cómo volver a conectar con la gente, ofreciendo respuestas claras y efectivas. Es momento de abandonar los buenos modales y recuperar el espíritu combativo de los años de proscripción, cuando surgieron nuevas ideas que permitieron al peronismo regresar al poder. Así ocurrió en 1973, tras 18 años de proscripción, y nuevamente en 2003 con Néstor Kirchner.
Es necesario repensar el peronismo, adaptarlo a las nuevas formas de comunicación, y enfocarse en este nuevo fenómeno de las derechas populistas. Las “peleas chiquitas” de la interna solo distraen de los grandes desafíos que enfrenta el movimiento.