A Javier Milei sólo le faltó arrodillarse. Lo que transmitió los últimos días en Washington, fue una sucesión de gestos de sumisión y pleitesía en el marco de la serie de actos que rodearon a la asunción de Donald Trump como presidente, que generaron vergüenza ajena ante la ausencia absoluta de una mínima dignidad, que reemplazó por su burda pleitesía hacia el líder del país del Norte.
Fue así que el presidente argentino celebró la investidura de Trump, y se comprometió a colaborar en defender los valores “que hicieron a Occidente la máxima hazaña civilizatoria de la historia”. “Sepan que siempre van a contar con la República Argentina”, aseguró.
Sin embargo, como contrapartida, quedó claro el lugar que para Trump tendrá América del Sur. Mientras acá los medios hegemónicos y los referentes libertarios aseguran que se inicia una nueva etapa en la relación entre Argentina y Estados Unidos, una corresponsal brasileña le preguntó: “¿Cómo ve la relación con América Latina y Brasil?”. El presidente la miró y fue categórico: “Grandiosa. Ellos nos necesitan más de lo que nosotros los necesitamos a ellos”. Y para que no queden dudas: “Nosotros no los necesitamos. Ellos nos necesitan. Todos nos necesitan”.
En ese sentido, continuó con sus declaraciones y celebró: “Los que defendemos la vida, la libertad y la propiedad de todos los seres humanos estamos felices de ver que las ideas que desde el 10 de diciembre del 2023 defendemos en Argentina hayan vuelto a triunfar en los Estados Unidos de la mano del presidente Trump”.
“Sepan que siempre van a contar con la República Argentina para defender los valores que hicieron a Occidente la máxima hazaña civilizatoria de la historia de la humanidad”, se comprometió el mandatario.
En esa misma línea, se expresó el Gobierno mediante un comunicado de la Oficina del presidente: “El mundo libre suma un líder fuerte, con la determinación de proteger los valores de Occidente, y se une a la batalla cultural que, desde la República Argentina, venimos dando”.
Fue en ese contexto que en la cima del poder libertario celebraron especialmente un gesto, no captado por la transmisión oficial: Trump y toda su familia saludaron a Milei al salir de la iglesia de Saint John, antes de la ceremonia en el Capitolio, oportunidad en la que el flamante presidente le dio una palmada a Milei, digno de un amo hacia su perrito faldero: seguramente ese gesto fue la coronación que por todos los medios buscó el presidente argentino en su viaje a los Estados Unidos.