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La Plata
14 abril, 2025
PAÍS

A García Mansilla le soltaron la mano, y no tuvo más opción que renunciar a la Corte después de 40 días

Tras permanecer tan solo 40 días en el cargo, sin apoyo político ni judicial, Manuel García-Mansilla dio un paso al costado y este lunes presentó su renuncia como fugaz integrante de la Corte Suprema de Justicia, que ahora vuelve a tener tres ministros: Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz.

Jaqueado tras el rechazo de su pliego en el Senado y la cautelar del juez federal Alejo Ramos Padilla para impedirle decidir en los asuntos del máximo tribunal, García Mansilla ya no tenía margen para seguir ocupando un sillón en la Corte, a la que llegó al jugar el pasado 27 de febrero en un acto secreto, luego de ser designado en comisión por un decreto de Javier Milei.

El ahora ex juez de la Corte le envió su carta de renuncia al presidente, en la que dice que había aceptado el nombramiento “con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente”. También intentó justificar haber aceptado la designación por decreto, pese a haberse pronunciado en varias ocasiones en contra de ese mecanismo.

“En la audiencia pública del 28 de agosto de 2024 en la Comisión de Acuerdos del Senado defendí la constitucionalidad de los nombramientos en comisión (…). Expliqué que existen numerosos antecedentes en nuestra historia constitucional y que incluso hay precedentes de nuestra Corte Suprema y del derecho comparado que tratan sobre el tema”, dice la carta. Alega que en ese momento solo respondió sobre “la hipotética situación de haber sido uno de los jueces nombrados en comisión en 2015” y que solo respecto a eso dijo que “no habría aceptado ese nombramiento en comisión”.

“A pesar de ello, en las últimas semanas hubo quienes me acusaron directamente de haber pretendido engañar a los senadores presentes ese día. Es más, esa fue la inverosímil excusa que utilizaron algunos senadores para pretender fundar su rechazo a mi pliego por una supuesta falta de idoneidad moral”, se victimizó el hombre que pasó 40 días como juez de la Corte Suprema sin acuerdo del Senado.

García-Mansilla le dedicó sus últimas líneas a Milei: “A Usted le agradezco la oportunidad que me diera de poder servir a mis conciudadanos. Aunque me hubiera gustado hacerlo por más tiempo y en otras circunstancias, mi permanencia en el cargo no va a facilitar la integración de la Corte Suprema, sino todo lo contrario: será una excusa más para distraer la atención de aquellos que tienen que aportar una urgente solución a un problema que ya es de larga data. Tenga la plena convicción que, durante el tiempo que me tocó cumplir las funciones que me fueron encomendadas, honré el compromiso de desempeñar mis obligaciones como juez, de forma independiente, recta e imparcial, sin distinción de persona alguna, respetando siempre la Constitución Nacional”.

En las últimas horas, fuentes del Poder Judicial habían dejado trascender que el Gobierno nacional había presentado un per saltum -con la firma, entre otros, del procurador del Tesoro de la Nación, Santiago Castro Videla-, para que se suspendiera la medida cautelar dispuesta por el juez federal Ramos Padilla.

En el ámbito político y judicial hay quienes leyeron ese pedido como una maniobra desesperada de la administración ultraderechista para estirar la agonía, mientras que hay otros que sostuvieron que se trató de una estrategia para darle una salida más digna a García Mansilla y que su renuncia pareciera una decisión personal y no una respuesta a la cautelar del magistrado platense.

Desde su desembarco, según el sistema de consulta de sentencias de acceso público, firmó 214 fallos y más de 30 resoluciones administrativas. En el tribunal estiman que se vienen planteos de nulidad sobre las sentencias que suscribió. También fue recusado, no solo por Cristina Kirchner en la causa “Vialidad” -quien señaló que no puede, nombrado por Milei y en comisión, ser un juez imparcial- sino, por ejemplo, por la Fundación Mujeres por Mujeres en una causa donde un grupo de ciudadanos salteños piden que se declare la inconstitucionalidad de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Es harto conocida la posición antiaborto del juez en comisión.

Entre las decisiones que García Mansilla firmó en este tiempo, se tomó el trabajo de hacer votos propios. En uno criticó con particular ahínco a la Corte de los tiempos de Néstor Kirchner al dejar sin efecto (en consonancia con el resto) un fallo que validaba la aplicación del convenio 173 de la Organización Internacional del Trabajo, en defensa de los trabajadores, que había aprobado el Congreso. El nuevo reproche para revertir la jurisprudencia era que no había pasado por el Ejecutivo. También firmó el sobreseimiento del juez marplatense Pedro Hooft, implicado en la desaparición de abogados laboralistas en La Noche de las Corbatas, y suscribió el rechazo a avalar como travesticidio el crimen de la activista trans Diana Sacayán.

 

 

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