Bajo la consigna “Tus dólares, tu decisión”, el gobierno anunció el Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos, que busca fomentar el uso del dinero no declarado. La medida beneficiará a evasores que nunca pagaron impuestos y permitirá incluso a actividades ilícitas —como el narcotráfico— legalizar dinero para compras de todo tipo.
Ante la escasez de dólares y la presión por sostener la economía hasta las elecciones de octubre, el gobierno intenta desesperadamente que se inyecten en el sistema formal más de 200.000 millones de dólares actualmente fuera del circuito.
Según los propios funcionarios, por cada peso que circula formalmente hay cinco en la informalidad, ya sea en negro o ahorrados en dólares. El vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó que la Unidad de Información Financiera (UIF) está colapsada: actualmente solo logra auditar el 0,34% de los reportes generados.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, justificó la medida afirmando que “no son delincuentes, sino la mayoría de los argentinos abusados por el exceso de impuestos y controles”. También ratificó que el gobierno no planea devaluar, ya que —según su visión— un dólar más caro no mejora la competitividad. En cambio, planteó que el camino es bajar impuestos, desregular, incentivar la inversión privada y el crédito.
Las claves del blanqueo y la liberalización del dólar
El responsable de brindar los detalles fue el titular de ARCA, Juan Alberto Pazo, quien explicó los alcances del nuevo régimen que entrará en vigencia el 1 de junio:
- No se informarán los consumos en dólares con tarjeta.
- La compra-venta de vehículos usados no será reportada.
- El pago de expensas quedará fuera del sistema de control.
- No se exigirá código de transferencia en ventas inmobiliarias.
- Los bancos no informarán transferencias de hasta $50 millones por persona física y $30 millones para personas jurídicas.
- Compras de hasta $10 millones no deberán ser declaradas.
- En el Régimen Simplificado de Ganancias, ARCA no pedirá información sobre consumos personales, y solo pondrá foco en facturación y gastos deducibles.
El gobierno justifica esta flexibilización extrema como un mecanismo para devolver “la libertad financiera” a los ciudadanos. Pero desde diversos sectores alertan que la medida blanquea el delito, favorece el lavado de dinero y elimina los pocos controles que quedaban sobre la evasión fiscal y el enriquecimiento ilícito.