Tras ser detenido por ingresar al Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón junto a diputados y militantes, el dirigente Juan Grabois fue liberado esta madrugada, luego de permanecer doce horas detenido.
La detención se produjo en medio de una fuerte ofensiva del Gobierno contra espacios vinculados al peronismo. Al salir, Grabois declaró: “No tengo una imputación específica. Hay una imputación genérica que le hacen a un número indeterminado de personas por la intrusión de un lugar. Lo que sucedió fue la permanencia pacífica de un conjunto de manifestantes que estábamos reclamando el derecho a la memoria histórica”.
También expresó: “Le agradezco mucho a Patricia Bullrich la posibilidad de esta experiencia de lo que pasa en una alcaldía. La forma en la que trabaja el personal de seguridad es inhumana. Trabajan en oficinas vetustas, sin calefacción, llenas de ratas. Estoy hablando del personal policial, no de los internos, que no vi. No tienen sistema, es todo manual, computadoras del año 84. Son cosas que, cuando sea presidente, voy a cambiar. Quiero ayudar a que el personal no esté en lugares denigrantes”.
El incidente ocurrió ayer cerca de las 14, cuando Grabois ingresó al edificio de Austria 2593, en Recoleta, donde hasta hace semanas funcionaba el Instituto. “Hace minutos la juventud del movimiento nacional recuperó del odio gorila la antigua residencia de Perón y Evita”, afirmó en un video publicado en redes sociales. “Aquí, los antecesores de este gobierno tiraron sus bombas asesinas hace 70 años, y el gobierno estafador destruyó las estatuas de nuestros próceres hace siete días”, agregó.
Ya en libertad, Grabois agradeció a quienes lo esperaron durante la noche: “Nos quieren, confían en nosotros, somos buena gente. El día que yo me muera voy a ir con Dios, y me parece que ellos van a ir a otro lado”, lanzó.
Consultado por la posibilidad de trasladar la documentación del Instituto al Archivo General de la Nación o a la Biblioteca Nacional —como sugirió el Gobierno—, Grabois respondió: “¿Por qué en la casa donde estuvieron Evita y Perón, donde los que se decían libertarios tiraron una bomba el 16 de junio, no puede estar el archivo de Perón? Se creó por ley en 1995. ¿Dónde está ahora?”.
Respecto a los argumentos económicos del Gobierno, que atribuyó al Instituto un costo anual superior a los $400 millones, opinó: “Podían hacer muchas cosas, como transferirlo a la Ciudad, al Partido Justicialista o a la CGT. Pero quieren venderle la propiedad a IRSA porque es muy valiosa”.
Sobre su detención, recordó: “Soy abogado en la causa por alimentos y querellante en la causa $LIBRA. A este gobierno no le caigo bien, y la verdad, es una de las cosas más lindas que me pasó en la vida. Tener enfrente a esta mierda de gente me llena el corazón”.
También dijo: “En este país secuestraron embarazadas, les sacaron los bebés, torturaron, desaparecieron personas. ¿Piensa Patricia Bullrich que nos va a domar con 14 horas en una alcaidía? No entiende de qué madera estamos hechos”.
Grabois comparó este episodio con su detención durante el estado de sitio del 20 de diciembre de 2001: “Todos los gobiernos con pulsiones dictatoriales caen por su propio peso. Hay que tener paciencia y conciencia histórica”.
Finalmente, advirtió: “Estamos en un régimen de facto, no rige la Constitución. Estamos todos en libertad condicional. Como dice Bullrich: ella las hace, ella las va a pagar. Milei las va a pagar, Karina Milei las va a pagar, Pettovello las va a pagar. Y nosotros les vamos a cobrar cada uno de sus crímenes sociales”.
Y cerró con un mensaje a su militancia: “El miedo se contagia, pero el coraje también. No hay que tenerles miedo. El que no esté dispuesto a sacrificar un par de horas en una alcaidía o acompañar a un compañero, no va a cambiar nada en la vida”.