Crece la preocupación por la estabilidad emocional del presidente Javier Milei, quien, ante la grave crisis económica —con inflación en alza, escasez de dólares, desempleo creciente, el escándalo de la criptoestafa $LIBRA, las valijas sospechosas llegadas a Ezeiza y la presión de los gobernadores por la coparticipación recortada—, eligió responder con insultos y amenazas autoritarias desde un programa radial.
En una entrevista con Luis Majul, Milei lanzó un ataque verbal sin precedentes contra gobernadores y legisladores que impulsan medidas básicas como bonos para jubilados, financiamiento educativo y emergencia sanitaria. Sacado afirmó: “Supongamos que se da lo que quiere toda la constelación de la manga de hijos de puta y sale todo así, a pedir de los hijos de puta que quieren romper el país sin importarle nada. Aun en ese caso, lo que vas a tener es una expansión del gasto, de la cantidad de dinero, y ese contexto te va a meter un shock de demanda. Me van a generar, previo a las elecciones, un efecto ‘plan platita’”.
Más adelante, volvió a amenazar con vetar todas las leyes que apruebe el Congreso si contradicen sus políticas de ajuste, dejando en claro su desprecio por la división de poderes: “Y si frenan el veto, iré a la Justicia. Supongamos que a la Justicia le agarra un ataque de celeridad y lo que antes demandaba años lo resuelven de inmediato… Hay que señalar que los proyectos que están enviando violan la restricción financiera. Difícilmente los jueces fallen a favor de este dislate populista”.
Asustado por el vacío político en los actos del 9 de Julio en Tucumán, donde varios gobernadores evitaron acompañarlo, Milei se quedó en Buenos Aires y aprovechó el espacio mediático para acusar a sus opositores de conspirar para destruir al Gobierno nacional.
“Hay una perversión enorme por parte de algunos. La recaudación a los gobernadores les viene creciendo entre el 7% y el 8% en términos reales. Partieron de una situación de equilibrio y están recibiendo un montón de recursos. Quieren destruir al Gobierno Nacional. ¿Todos? Sí, obvio. Lo que se hizo en los últimos años estaba todo mal. Era un negocio del partido del Estado, sin importar el color político”.
En relación a la criptoestafa $LIBRA, el presidente se desligó una vez más: reiteró que la Oficina Anticorrupción, bajo su órbita, desestimó su participación. Aseguró que tanto él como sus funcionarios “entregaron toda la información” y no obstaculizaron la investigación judicial.
Sobre el escándalo de las valijas que ingresaron sin control en Ezeiza en febrero, Milei también se desvinculó y afirmó que fue su propio gobierno el que inició la investigación, calificando el hecho como “un vuelto” de sectores que buscan frenar su agenda.
Para cerrar, lanzó una advertencia a la oposición y a sus críticos con tono desafiante: “Jodan todo lo que quieran: los espero el 11 de diciembre”.
Un presidente que cada día consolida su rasgo autoriario sin consenso, incluso con los gobernadores amigos.