En una evidente demostración de haber recibido el durísimo golpe que días atrás la cámara de Diputados le propinó al Gobierno -en lo que fue una de las derrotas parlamentarias más duras de su gestión-, Javier Milei recurrió anoche al uso de la cadena nacional para anunciar una nueva fase de su gestión: la judicialización de la política económica.
La decisión de su mensaje leído durante 23 minutos, fue una muestra de debilidad por parte del presidente, porque a pesar de haber hecho esfuerzos por mostrarse como un valiente guerrero, fue una respuesta a lo que ocurrió el miércoles en el Congreso, cuando los bloques opositores logaron unirse para imponer su agenda y ganar las 12 votaciones clave que se realizaron durante una sesión maratónica que se extendió hasta la madrugada.
Con más de dos tercios de los presentes, la Cámara de diputados aprobó, entre otros, el proyecto que declara por dos años la emergencia en la asistencia sanitaria pediátrica y a la vez ordena al Ejecutivo reasignar partidas para aumentar los salarios del personal y de los médicos residentes del Hospital Garrahan.
Rodeado por el equipo económico, Milei anunció que presentará un proyecto de ley para “penalizar la aprobación de presupuestos nacionales que incurran en déficit fiscal” y acusó a la oposición de “promulgar leyes que irremediablemente llevan a la quiebra”, y de provocar un “genocidio” de las generaciones futuras.
Consideró que “aprobar todos estos proyectos del Congreso implica ni más ni menos que volver el tiempo atrás”. El objetivo, aseguró, es “amurallar el déficit cero y la política monetaria del Gobierno”. Y enfatizó, con tono amenazante: “Cada peso que quieran gastar tiene que tener un nombre y un apellido. Tienen que decir de dónde sale y a quién se lo sacan. También se establecerá una sanción penal a los legisladores y funcionarios que no cumplan con estas nuevas reglas fiscales”
El discurso, plagado de conceptos ya repetidos, buscó enviar señales de tranquilidad a los mercados, y se inscribe en una campaña de extrema polarización. “Tenemos que elegir entre la responsabilidad o el realismo mágico”, advirtió en clave electoral. El gobierno sabe que tiene por delante meses adversos hasta diciembre en los que podría perder por primera vez las votaciones en el Congreso para blindar los vetos.
En su mensaje, Milei sostuvo técnicamente los motivos económicos para sostener sus vetos y apuntó con dureza a la oposición. “Hoy el Congreso de la Nación está impulsando gastos sin explicar su fuente de financiamiento, y sin preocuparse porque esa fuente implique o no imprimir dinero”, señaló en su discurso, que fue leído desde la Casa Rosada, escoltado por Luis Caputo, ministro de Economía, y Santiago Bausili, presidente del Banco Central.
“No está proponiendo otra cosa que o más impuestos, que destruyen el crecimiento económico, o más deuda, causando un genocidio contra los jóvenes, nuestros hijos, nuestros nietos, y las generaciones futuras, o más inflación, que golpea especialmente a los sectores más vulnerables que ellos dicen defender”, dijo el presidente, que acusó a los legisladores de cometer “sabotaje”.
En tanto, anunció que en los próximos días impulsará dos medidas para “amurallar el déficit cero y la política monetaria de este Gobierno”.
“En primer lugar, el día lunes firmaré una instrucción al Ministerio de Economía de la Nación para prohibir que el Tesoro financie el gasto primario con emisión monetaria”, dijo.
Agregó que el Tesoro Nacional, mediante este acto, “no podrá solicitar dinero prestado al Banco Central para financiar su gasto”. Milei recordó que “esta es una medida que, si bien en la práctica ya implementamos, hoy la estamos formalizando”.
En segundo lugar, explicó que en los próximos días estará enviando un proyecto de ley al Congreso para “penalizar la aprobación de presupuestos nacionales que incurran en déficit fiscal”. Dijo que el proyecto “establece una regla fiscal estricta que le exige al sector público nacional obtener un resultado financiero con equilibrio o superávit. todo nuevo gasto o recorte de ingreso que afecte este resultado deberá implicar un recorte de la misma proporción”.
Poco después fue contundente al sostener: “Quiero ser muy claro con algo: no hay ninguna posibilidad de que yo permita que esto suceda. No vamos a volver atrás. no vamos a volver al pasado. No vamos a volver al sendero de la decadencia”. Y cerró: “Y al Congreso le digo: si ustedes quieren volver atrás me van a tener que sacar con los pies para adelante”.