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14 septiembre, 2025
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Milei, contra las cuerdas: cada vez más desorientado, no encuentra respuesta para seguir adelante

En un estado de shock que se profundiza con el correr de los días, después de lo que fue la paliza recibida por el gobierno en las elecciones bonaerenses, Javier Milei intentará recuperar centralidad en el escenario político y relanzar su gestión.

Sin embargo, y a pesar de la contundencia del aluvión de votos peronistas que pintaron a la provincia de color celeste, Karina Milei, demostrando que es quien toma las riendas de la administración libertaria, frenó cualquier atisbo de revisión o de cambios en el gabinete, tal como lo exigían no pocas voces del oficialismo.

Así fue como el presidente apareció sin recursos personales y psicológicos para poder mantener su palabra. “A él le cuesta saber qué hacer en esos momentos”, definió una figura del elenco ministerial que estuvo cerca suyo en estos últimos días. En otras palabras, la imagen del león domesticado generó un profundo golpe interno. Para los tuiteros libertarios, un impacto simbólico; para los funcionarios, una ratificación del desorden operativo.

Hasta hace pocas semanas, en el Gobierno se ilusionaban con victorias contundentes en octubre en la Provincia y en los principales centros urbanos del país. Ahora, puertas adentro del gabinete se ven derrotados en Córdoba y con un resultado incierto en Santa Fe.

En el oficialismo buscan instalar una épica que persuada a sus votantes de ir a votar. Antes de la elección bonaerense, Milei tenía previsto encabezar actos de campaña en Córdoba, Santa Fe y Mendoza, pero ahora todo entró en suspenso. “En algún momento van a venir”, dice en los distritos, conscientes de que todas las decisiones de gestión y de campaña se toman en Balcarce 50.

“Vamos en la dirección correcta, pero el kirchnerismo está dispuesto a todo para volver al poder, aunque genere caos e inflación”, sostienen cerca del presidente, donde levantan la bandera de “La Libertad Avanza o la Argentina retrocede”.

Claro que la Casa Rosada busca reconstruir el diálogo con los mandatarios provinciales que ayudaron al oficialismo en el Congreso hasta abril, cuando arrancó la seguidilla de 20 derrotas legislativas consecutivas.

Mientras tanto, mañana volverá a reunirse la flamante mesa política bonaerense donde tiene asiento el confirmado Sebastián Pareja, delegado de Karina en la Provincia (y según Caputo, principal responsable de la derrota bonaerense). El caputista Agustín Romo, que hasta diciembre es el jefe de bloque provincial sigue sin ser invitado. Cristian Ritondo, jefe del PRO provincial, y muy cercano al asesor, no estará en Buenos Aires, y estará representado por Guillermo Montenegro.

Esta semana, el flamante espacio trazó una serie de cuestiones con las que buscará cambiar el humor social y llegar con mejores chances a las elecciones nacionales del 26 de octubre. Una de ellas establece dejar de hablar de macroeconomía y referirse a “la economía de las familias”. Se oye, de fondo, una recriminación al mismísimo presidente, que hasta hace una semana parecía intocable: “Javier tiene que dejar de pelearse con los economistas y hablarle a la gente que no llega a fin de mes”.

Un punto sobre el que trabajará la mesa, además del diálogo con los gobernadores, apunta al Congreso. Buscarán una mejor relación con diputados y senadores nacionales que supieron ser aliados, y hoy se muestran como feroces opositores. No será una tarea sencilla. Milei acaba de vetar el aumento del financiamiento universitario, la declaración de emergencia en pediatría y la ley de distribución automática del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).

Y una cuestión central tiene que ver con la convivencia interna, alterada como nunca desde la aparición de los audios de Diego Spagnuolo, que ahora son más que eso: el jueves, por primera vez, un testigo declaró ante la Justicia que los audios del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) son auténticos. No se trata de cualquier testigo. Es Fernando Cerimedo, ex asesor de Milei, que fue jefe de campaña presidencial digital, y es dueño del 50% del portal de noticias ‘La Derecha Diario’.

La buena noticia de la semana llegó desde el Indec: la inflación fue de 1,9% en agosto, lo que equivale a un alza del 19,5% en los primeros ocho meses del año. De todas maneras, existe la percepción de que la baja de la inflación no es suficiente y de que la plata no alcanza. Un integrante de la mesa política fue contundente al respecto: “En la provincia la clase media sintió que pagó el ajuste, no que lo hizo el Estado. Hay sectores en donde los gastos fijos le aumentaron el 50%. Algunos de los nuestros pensaban que con los logros del inicio se evitaban los efectos del plan de estabilización. Pero hay una brecha entre el relato y la realidad, porque la economía también se construye a partir de lo que la gente percibe”.

Se sabe que Milei basó su gestión y su relato en esa baja inflacionaria y en el equilibrio de las cuentas públicas, que resultan, desde luego, muy insuficientes. Los bonaerenses le dieron la espalda y prefirieron premiar al peronismo, al que el Gobierno enfrentó con un slogan que ahora se volvió un búmeran, según la lectura de empresarios e inversores extranjeros. El kirchnerismo, o lo que queda de él, no desapareció, como prometía infantilmente el mileísmo. Cristina Kirchner festejó desde el balcón de su departamento, y Axel Kicillof, a quien Milei llama “enano comunista y tirano de aldea” quedó en una posición expectante para la próxima carrera presidencial.

En el fondo, el presidente no comparte la inquietud por la gobernabilidad que se percibe en los mercados y en el sistema político, donde hay mucha preocupación por la debilidad de la gestión. Por ahora no es posible establecer si Milei transmite inconciencia ante la incertidumbre que se vive en su gestión, por lo que en estos momentos el factor determinante es su personalidad, mucho más que la ideología o los hábitos.

Así, el presidente ha resignado el encanto que ejercía en los sectores más populares, con el que en algún momento amenazó con cooptarle la base al peronismo, y perdió atractivo para los sectores medios y medio-bajos, que se quedaron en su casa el último domingo. Esto implicaría una redefinición de la sociología del voto libertario, que hoy parece más orientado hacia la punta de la pirámide social, donde hay más dólares y menos votos.

 

 

 

 

 

 

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