Un Javier Milei desesperado, a los gritos en la residencia de Olivos, no soporta que la gente cante “alta coimera, Karina alta coimera” y, peor aún, que a su hermana la apoden “3 %”. Según testigos, el Presidente exclamó: “Esos chorros kirchneristas hablan del 3 % y ellos se robaban el 30 %”, sin advertir que su propio gobierno es acusado de pedir coimas para los hermanos Milei.
Ayer, el oficialismo sufrió una nueva derrota contundente: el Senado rechazó, con dos tercios de los votos, el veto presidencial al reparto de los ATN. La votación fue clara: 59 a favor, 9 en contra y 3 abstenciones. Como ocurrió en Diputados, la oposición no se limitó al peronismo, que aporta 33 votos, sino que sumó fuerzas provinciales, radicales e incluso algunos legisladores aliados del gobierno.
La ley de reparto de ATN pasará ahora a la Cámara de Diputados. La meta de las bancadas opositoras es convocar una sesión el 1° de octubre para terminar de sellar el rechazo al tercer veto de Milei.
El Presidente siente que perdió apoyo entre legisladores aliados, en la calle y en los mercados, mientras el dólar roza los 1.500 pesos y el riesgo país trepa a 1.456 puntos (recordemos que el “comunista” Lula gobierna Brasil con un riesgo país de apenas 200). Se espera, además, un nuevo salto inflacionario en medio de tanta inestabilidad.
En la Quinta de Olivos, Milei reunió a candidatos y armadores provinciales para pedirles que respalden al gobierno en las elecciones del 26 de octubre. Para tranquilizarlos aseguró contar con reservas por 22.000 millones de dólares para resistir presiones, aunque omitió aclarar que esos fondos pertenecen al FMI y están destinados a pagar los vencimientos de enero próximo. “No nos podemos perturbar por el riesgo país ni por lo que hace la oposición en el Congreso”, afirmó desde un atril.
El Presidente se comprometió a sumarse a las campañas en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Corrientes y el interior bonaerense para reforzar a los candidatos de La Libertad Avanza. Como novedad, incorporó a Pilar Ramírez por encima de Lule Menem para la campaña electoral, aunque Karina Milei aclaró en privado que Lule “sigue firme”.
Aunque no lo dijo públicamente, el Presidente decidió “licuar” todas las leyes que apruebe el Congreso tras el rechazo de sus vetos. Equipos técnicos de Economía trabajan en un esquema para postergar su puesta en marcha hasta el Presupuesto 2026 e incluso evalúan suspender su ejecución mediante decretos el próximo año. Es el mismo mecanismo que ensayan con la Emergencia en Discapacidad y que analizan aplicar a la Emergencia Pediátrica y al financiamiento universitario. El objetivo, admiten en privado, es “ganar tiempo” hasta llegar a las elecciones.
Más allá de la bravuconada de Caputo —“vamos a vender hasta el último dólar”—, el ministro viajará en las próximas horas a Estados Unidos para intentar que el gobierno de Donald Trump libere un préstamo directo del Tesoro, controlado por Scott Bensent. Pero no es tarea fácil: se supo que el secretario de Estado, Marco Rubio, se opone a un salvataje económico al gobierno libertario por los recientes escándalos de corrupción.
Tras los casi 400 millones de dólares vendidos para contener el tipo de cambio, esta mañana el economista y amigo presidencial Juan Carlos de Pablo admitió que no sabe si alcanzarán las reservas para sostener el dólar en el techo de la banda hasta las elecciones de octubre. “No tenemos cómo saber si esto es sostenible hasta las elecciones —afirmó en diálogo con El Destape AM—. Lo sabe Dios si alcanza”.
Un gobierno desorientado, sin plan económico, intenta llegar como sea a los comicios del 26 de octubre, rezando para que el dólar no se dispare a 2.000 pesos o más, evitando una mega inflación y un nuevo default que, como siempre, caería sobre las espaldas de jubilados, trabajadores y los sectores más vulnerables.