El Gobierno retomó las negociaciones con el kirchnerismo para completar la Corte Suprema de Justicia, después de un largo intervalo por las elecciones. Ambas partes acordaron proponer un candidato por el oficialismo y otro por la oposición, sin vetos cruzados, pero con figuras acordadas.
Según revela hoy el diario La Nación, por el lado del Gobierno suena el nombre del camarista Mariano Llorens, y por parte del kirchnerismo, el de la senadora Anabel Fernández Sagasti, quien no tendría objeciones por parte de la administración libertaria a su postulación, como sí lo hubo con María de Los Ángeles Sacnun.
Llorens es apreciado en el Gobierno, y por eso lo postularía, aunque algunos que lo quieren y lo apoyan sostienen que es más importante que mantenga su cargo estratégico en la Cámara Federal, el tribunal intermedio que tiene la llave para que los casos de corrupción lleguen o no a juicio.
Su permanencia aseguraría el equilibrio actual de la Cámara Federal, con Leopoldo Bruglia, Pablo Bertucci, Eduardo Farah y Martín Irurzun, quien espera que el Senado le dé un nuevo acuerdo para seguir siendo camarista luego de cumplir 75 años.
Hoy la Corte está compuesta por solo tres miembros: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, y recurren a conjueces cuando hay una disidencia, ya que se necesitan tres firmas coincidentes para llegar a una mayoría.
Las vacantes sin cubrir son las de Elena Highton y Juan Carlos Maqueda. Las negociaciones anteriores fracasaron: el intento de Milei por imponer a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla quedó sepultado cuando los pliegos naufragaron en el Senado. Esta vez, en vez de chocar con la realidad parlamentaria, decidieron intentar negociar.
De todos modos, no se descarta que con la renovación del Congreso en diciembre se abra la negociación para buscar los votos de los senadores que responden a los gobernadores del peronismo clásico, como Osvaldo Jaldo, de Tucumán; Raúl Jalil, de Catamarca; y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero.
Los interlocutores de estas negociaciones que arrancaron hace meses y se congelaron con el fallo que confirmó la condena de Vialidad contra la ex presidenta Cristina Kirchner en junio pasado, siguen siendo los mismos: Sebastián Amerio, el viceministro de Justicia, alfil de Santiago Caputo, y Juan Martín Mena, ex viceministro de justicia del kirchnerismo, de confianza de Cristina Kirchner y actual ministro de Axel Kicillof.
Hubo un poroteo después de las elecciones para sondear si era posible avanzar en una votación en sesiones extraordinarias, pero no se llegaba a tiempo, evaluaron desde el Gobierno. Por eso se postergó todo para ser tratado el asunto en sesiones ordinarias, en marzo del año próximo, donde incluso llegará Patricia Bullrich al Senado y puede ser una de las negociadoras con el peronismo.
La posible llegada de Fernández Sagasti a la Corte tiene un valor simbólico alto para Cristina Kirchner. Durante sus dos presidencias no logró nombrar a ningún juez en el tribunal. Sagasti es abogada, militante de La Cámpora, ex jefa del interbloque de Unión por la Patria y tiene una relación directa con CFK. Si su pliego avanza, sería la primera ministra de la Corte promovida por el cristinismo.
En tanto, el elegido del Gobierno, Mariano Llorens, tiene trayectoria judicial y relación directa con Amerio. El problema es político: para que su pliego avance, necesita dos tercios del Senado. En la votación anterior, Ariel Lijo no logró reunir ni siquiera el mínimo. La diferencia esta vez es que Javier Milei estaría dispuesto a negociar, en lugar de imponer.
