El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, le pidió a la Legislatura provincial que apruebe el Proyecto de Ley de Endeudamiento por 3.635 millones de dólares, al señalar que la herramienta es “necesaria para dar respuestas en tiempos difíciles”, y evaluó que apunta a defender “a los 17 millones de bonaerenses” frente a lo que definió como un “asedio financiero” por parte del Gobierno nacional.
Las sesiones en Diputados y el Senado están convocadas para mañana, y en La Plata son optimistas.
“No estamos dispuestos a afrontar vencimientos de una deuda que no tomamos con recursos que deberían destinarse a salud o educación. La Legislatura debe decidir en favor de evitar más sufrimiento y del orden económico y social de la provincia. No hay negociación que deba condicionar algo de esta importancia”, sostuvo Kicillof durante un acto en el Salón Dorado de la Casa de Gobierno, en La Plata, acompañado por intendentes, ministros, legisladores de todos los sectores Unión por la Patria, gremios, organismos de Derechos Humanos y la vicegobernadora Verónica Magario.
El mandatario denunció un “intento de asfixiar a las provincias” por parte del presidente Javier Milei, y afirmó que Buenos Aires sufre “incumplimientos sistemáticos” en el envío de transferencias automáticas y no automáticas. “El robo a la provincia es de 13 billones de pesos, o 9.000 millones de dólares. Milei también nos quitó u$s 2.500 millones de recaudación”, señaló, y recordó que su administración presentó múltiples reclamos ante la Corte Suprema.
Kicillof describió un escenario de “profunda recesión”, y enumeró los efectos en el territorio bonaerense: “La industria cayó 10%, la construcción 25%, el comercio 8%. Hay mil obras frenadas, se perdieron 5.000 empresas y 172.000 puestos de trabajo. Aumentan los despidos, las suspensiones y las familias se endeudan porque no les alcanza la plata, en un contexto de tarifas en alza”.
“Mientras hay una fiesta en el mundo financiero, en los barrios la vida se vuelve cada vez más difícil”, cuestionó, y afirmó que, aun así, la provincia “no se detuvo”. “Si seguimos inaugurando centros de salud, escuelas, entregando ambulancias y reforzando el servicio alimentario escolar, es porque se trabajó con dedicación, planificación, austeridad y sensibilidad”, remarcó.
El gobernador recordó que el 3 de noviembre envió a la Legislatura el paquete económico para 2026, que incluía el Presupuesto, la Ley Impositiva y la Ley de Financiamiento. Las dos primeras fueron aprobadas, pero la tercera permanece pendiente. “Vengo a explicar por qué sirve: permite cumplir obligaciones sin recortar lo esencial. No pedimos fondos extras ni obras faraónicas. Es lo que solicitan todas las provincias para sostener su funcionamiento normal”, dijo.
Recordó además que Buenos Aires es “la provincia más austera” del país: “Contribuimos con el 38% de los recursos impositivos que se recaudan y recibimos menos del 7%. Tenemos uno de los menores gastos públicos por habitante y, junto con Córdoba, la menor cantidad de empleados estatales por habitante”.
Sobre el contenido del proyecto, precisó que no implica “nueva deuda”, sino la autorización para cubrir vencimientos del año pasado y parte de los de este año. “La deuda no sube ni baja: es renovación y cobertura de vencimientos, como hace la mayoría de las provincias”, sostuvo.
Kicillof subrayó también la situación de los municipios: “Muchos tienen complicaciones para pagar aguinaldos y gastos corrientes. En la provincia nunca vamos a decir ‘no hay plata’, sino ‘¿qué podemos hacer para acompañar a los que sufren?’”. En ese sentido, destacó que el proyecto prevé que el 8% del Fondo de Fortalecimiento para la Inversión Municipal -que incluye un piso garantizado de $245.000 millones- se distribuya entre los 135 municipios. Ese monto se hará efectivo en cinco pagos fijos entre 2026 y 2027.
“Eso garantiza que el primer mostrador de gobierno tenga previsibilidad y pueda organizar sus cuentas públicas”, remarcó el gobenrador.
“Pedimos poder funcionar, provincia y municipios, mientras reclamamos lo que nos corresponde y nos quitó el gobierno de Milei”, concluyó. “Con convicción democrática y firmeza, le pido a la Legislatura que vote esta ley en favor de los intereses de los 17 millones de bonaerenses. Es por la Provincia y por el futuro”.
El contundente discurso de Kicillof también funcionó como un mensaje hacia la Legislatura: una advertencia sobre la importancia que el Ejecutivo le asigna a la ley de endeudamiento y sobre el costo político e institucional de no aprobarla. La escena buscó exponer lo que, según la Gobernación, está en juego si la norma vuelve a caerse: el financiamiento básico para sostener salarios, aguinaldos, obras y asistencia a municipios en un contexto de recesión profunda y recortes nacionales.
